Los y las riocuartenses decidirán este domingo quién los gobernará por los próximos cuatro años. 138.441 electores están habilitados para votar. Pero el resultado de las elecciones municipales de Río Cuarto tendrá un impacto político que trascenderá las fronteras de la capital alterna provincial.
Los vecinos de la ciudad mirarán a quien asuma en la intendencia, mientras que el escenario político provincial pondrá la lupa en el palco de los festejos de quien gane.
En una pulseada que aparece con pronóstico reservado entre tres candidatos con chances de ganar –algo inédito en la segunda ciudad de la provincia– quien se convierta en sucesor o sucesora del intendente peronista Juan Manuel Llamosas generará distintas repercusiones políticas en Córdoba. También ganará algunos titulos en los medios nacionales.
El peronismo se presenta dividido. El oficialista Guillermo de Rivas, impulsado por el intendente Llamosas, tuvo un decidido respaldo en la campaña de parte del gobernador Martín Llaryora, el exgobernador Juan Schiaretti y todo el oficialismo provincial.
Funcionarios y legisladores llaryoristas se instalaron esta semana en la ciudad para apoyar y poner todas las herramientas que brinda el poder provincial, sumado al municipal local, a favor del candidato oficialista.
La delasotista Adriana Nazario sintió, en cambio, el impacto del vacío que le hizo el peronismo gobernante. La última pareja del exgobernador José Manuel de la Sota, quien alguna vez tuvo a mano las facilidades que brinda el poder, ahora las tuvo a todas en contra.
Para no pocos peronistas, el gobernador Llaryora no debió desentenderse de la interna peronista riocuartense antes de que se oficializaran las candidaturas.
Tampoco es seguro que una intervención directa del mandatario provincial hubiera tenido éxito en cicatrizar diferencias políticas y personales que rodearon la pulseada interna entre Llamosas y Nazario, que terminó en fractura y dos candidaturas peronistas.
La consecuencia directa de la división del PJ es que al radicalismo se le presenta una gran oportunidad de volver al poder en la ciudad, después de ocho años, de la mano del joven Gonzalo Parodi, una apuesta de renovación del centenario partido.
El candidato radical se autoimpuso trabajar con su equipo, en una campaña bien localista. Parodi les pidió a los referentes provinciales de su partido, como Rodrigo de Loredo, Mario Negri y Ramón Mestre, que no se asomaran al escenario riocuartense.
También acordó con Luis Juez, principal socio político de la UCR a nivel provincial, que tampoco pise la capital alterna, pese a que el senador ganó en Río Cuarto, en las pasadas elecciones provinciales, como candidato opositor de Juntos por el Cambio.
Fue una estrategia inesperada de Parodi, ya que el propio PJ provincial siempre buscar evitar la foto de la dupla Juez-De Loredo, que en Río Cuarto hubieran podido mostrarse juntos para apoyar al candidato opositor.
El domingo por la noche, el resultado de las urnas dará su veredicto sobre la estrategia de campaña localista que eligió Parodi. Según dicen algunos, fue por consejo de asesores que responden al jefe del radicalismo porteño, el exdiputado nacional Emiliano Yacobitti.
Hay quienes detrás de los pasos del joven candidato radical también ven la sombra del veterano operador político Enrique “Coti” Nosiglia.
“Son versiones difundidas por el peronismo. Trabajamos en la campaña con nuestro equipo, que preparamos para gobernar la ciudad”, responde Parodi a las insinuaciones de apoyo externo, que es cierto fogonearon con esmero los peronistas, en el último tramo de la campaña.
La foto
No se sabe quién será el ganador, pero no hay dudas sobre la escenografía de los festejos de quien resulte triunfante.
Si el oficialismo retiene el poder, además de Llamosas, el gobernador Llaryora tendrá derecho a mostrarse como el gran ganador, por el fuerte respaldo que le brindó a De Rivas.
El exgobernador Schiaretti, quien sólo apoyó al candidato oficialista con un spot publicitario, no aparecerá por Río Cuarto, aun en la victoria. “El jefe del partido ahora es Martín“, repiten los schiarettistas, en referencia al gobernador.
Si gana Nazario, el delasotismo se sentirá reivindicado por la última ciudad donde vivió De la Sota y desde donde viajaba a la Capital provincial el día de su trágica muerte.
Los oficialistas alentaron en la campaña que la exdiputada nacional tenía el apoyo de Sergio Massa y el kirchnerismo. Eso no se percibió en la campaña. Tampoco se vería en los festejos, si Nazario diera el batacazo en la interna peronista.
En tanto, si Parodi canta victoria, el palco de los festejos deberá ser bien grande. Habría muchos visitantes en la noche riocuartense, pero ninguno podría quitarle méritos al candidato radical que eligió hacer campaña sin apoyo externo.
Más allá de que algunos ministros llaryoristas difunden que el peor escenario para el gobernador es un hipotético triunfo de Nazario, la realidad es otra. La foto de Parodi, probablemente rodeado por opositores provinciales, sin dudas es la menos deseada en el Centro Cívico. Aunque desde el entorno del senador Luis Juez dijeron que no irá cualquiera sea el resultado.
A un año del ajustado triunfo provincial para el oficialismo, perder la capital alterna a manos de la oposición sería una muy mala noticia.
En cambio, si el que se impone es De Rivas también sería una cuota grande de oxígeno para el pregonado anhelo del gobernador Llaryora de alimentar el “partido cordobés”, que con aires hegemónicos se nutre de peronistas, radicales, vecinalistas y dirigentes del PRO.