Rodrigo de Loredo dice que lo tiene definido: en las elecciones de octubre, buscará armar un frente electoral que encabezará él. Que tiene una negociación abierta con los libertarios, pero que no son la prioridad. Y que con Luis Juez la relación política sigue, aunque habrá que dialogar.
–En CABA, la UCR mide 2%. ¿Eso influye al pensar en una candidatura en solitario en Córdoba? ¿Le preocupa?
–Me preocupa lo que pasa con el radicalismo en el país, pero no creo que dialogue lo más mínimo con nuestra realidad en Córdoba. La candidata que tenemos (Lula Levy) es muy buena, pero la conducción del radicalismo ha sido tremendamente errática, se ha vaciado de representación. No me gusta lo que pasa en CABA. Fracasó la idea de adelantar la elección para discutir los temas del distrito. Sucedió todo lo contrario: nunca hubo tanta nacionalización en una elección de distrito.
–¿Ve mucho mejor al radicalismo en Córdoba?
–Sí, no hay duda. Es cierto que nuestra marca está muy lesionada por decisiones nacionales erráticas. Pero nuestra dirigencia es potente. Tenemos 170 municipios gobernados, casi todos por jóvenes preparados. Tenemos 20 legisladores provinciales, un foro de concejales y dirigentes que miden a nivel provincial.
–Luis Juez dijo que nunca reflexionaron sobre lo que pasó en la última elección. ¿Quedó algo no saldado?
–Evidentemente para Luis sí, y empatizo con él. Ya le pasó en 2007 con un resultado polémico. En 2023 yo estaba preparado para ser candidato a gobernador. Tenía el apoyo del partido, las encuestas me daban bien, pero depuse mi pretensión para evitar dos candidatos opositores. Eso siempre benefició al peronismo. Por eso tomé la decisión. Y gracias a eso, y al mérito de Luis, y a lo que puso nuestro partido, hicimos una gran elección. Él mismo me sugería que fuera candidato a intendente. Y yo estaba convencido de que ganábamos la ciudad. Las encuestas también lo decían. Pero hubo un desenlace que ya analicé y quedó atrás. Ahora estoy trabajando para gobernar en 2027.
–Están hoy en el mismo punto con Juez, ambos queriendo gobernar Córdoba.
–Sí, pero... yo no estoy en el mismo punto. En su momento, yo di un paso al costado. Luis me decía: “Esta es la última”, y daba argumentos políticos y personales. “Vos sos más joven, en la próxima...” Decía eso. Sé que habrá intentos del peronismo de hacernos pelear. Yo voy a hacer todo lo posible para evitarlo. Hay gente que le mete en la cabeza que “si Rodrigo era vice, capaz que por tres puntos..”. Eso es pasado. Con mucha honestidad los dos sabemos que fue muy tensa esa instancia y que estuvimos mucho tiempo sin saber cómo se dirimía. Propuse internas, pero él decía que no porque se podía meter el peronismo. Además, no le gusta porque sabe que tenemos un despliegue territorial más grande.
Candidatura 2025
–¿Va a ser candidato a diputado nacional?
–Lo han dicho por mí, pero no lo he negado.
–Uno de los posibles rivales es Schiaretti.
–Sería un buen candidato.
–Juez dice que si va Schiaretti, va él también. Parece un desafío a usted
–Puede ser. No sé...
–¿Cómo se resuelve esa situación?
–No lo tengo claro. Nosotros, con Marcos Ferrer (presidente de la UCR), con muchas mujeres profesionales, intendentes y un gran equipo estamos preparándonos para gobernar en 2027. Y creemos que la elección de medio término, encabezando un frente, es el camino hacia ese objetivo.
–¿Ese frente incluiría a los libertarios?
–Es una discusión abierta.
–Juez ya habla como parte de La Libertad Avanza.
–Sí, sí.
–Y aparece Franco Mogueta como candidato libertario.
–Es una rosca más larga que la del Cónclave que elige al Papa. Pasarán nombres, habrá disputas y charlas. Pero nuestra hoja de ruta es clara: vamos a armar un frente y lo vamos a liderar. Proponemos terminar con 26 años de peronismo. La provincia está muy deteriorada.
–¿La Libertad Avanza es el primer socio que buscan?
–No.
–¿Y quién sí?
–Algunos con los que venimos trabajando. Lo que era Juntos por el Cambio, aunque ya no sé ni cómo se llama. Esos son los aliados más naturales.
Recorrido hacia 2027
–Hay radicales que dicen que debería recorrer la provincia de cara a 2027. ¿Lo evalúa?
–Está bien. Yo, cuando tuve que elegir, renuncié a la Legislatura y al Concejo para asumir otros compromisos. Y también a Arsat, cuando Macri quería que me quedara. Pero ahora lo veo más lejano. Siento una responsabilidad colectiva de no dejar huérfana una expresión que me supera.
–¿Qué queda hoy de Juntos por el Cambio?
–Hay una atomización muy grande. Nunca hubo tantos bloques como ahora en Diputados. Es una diáspora. La política está en una crisis de representación. Se gobierna desde las personas, no desde las ideas.
Crítica al peronismo cordobés
–¿Qué problema enfrenta el peronismo de Córdoba?
–Le va a ir muy mal. No tiene representación nacional y su gestión es un desastre. Yo, en su momento, le puse un 7 a la gestión de Llaryora, y me puteaban los radicales. Pero ahora Passerini la está pagando. Le dejaron la ciudad endeudada, fundida, con los peores funcionarios.
–¿Es responsabilidad de Llaryora?
–De los dos. No estaban preparados para gestionar la ciudad. No la conocían. Son de afuera. No le pido la partida de nacimiento, pero no conocen la ciudad. Pero admás, Passerini pidió la renuncia a todos sus funcionarios, pero después solo renuncian cuatro. Un papelón, un desastre, una catástrofe. Vamos camino a la peor gestión de la historia de la ciudad de Córdoba. Va a superar la de Kammerath, la de Giacomino, y las de otras personas...
–¿Es un problema de gestión o financiero?
–Todo junto. Llaryora dejó los peores funcionarios, tienen internas permanentes. Y encima culpan a Mestre por la deuda. Llaryora pidió 50 millones más y pateó la deuda al 100%. Hizo obras superficiales, paralizó las de infraestructura, y lo financió con adelantos de coparticipación.
Relación con Milei y el oficialismo
–¿Qué relación ve entre el peronismo cordobés y Milei?
–Ellos dicen que apoyan lo bueno y se oponen a lo malo. Nosotros también. Pero ellos no lo hacen.
–¿Qué hacen?
–Son unos caraduras. Piden interpelaciones en el Congreso, pero en Córdoba nunca se pudo interpelar a un ministro. Ni en casos gravísimos. Tenemos causas de violencia de género, funcionarios imputados, y ni una comisión investigadora. Pero en Nación piden cuatro. ¡Desde 1995 no hay una en Córdoba!
–¿Eso el cordobés lo nota?
–Sí. Acá no permiten ni una comisión por el incendio de la obra social. Allá aprueban una investigadora, pero acá nada.
Ficha limpia y ética pública
–Esta semana fracasó el proyecto de Ficha Limpia. ¿Qué lectura hace?
-Peronismo puro y duro lo que pasó.
–Dos senadores misioneros sorpresivamente se dieron vuelta y evitaron que se apruebe el proyecto. Todas las lecturas apuntan a que hubo un acuerdo entre el kirchnerismo y el Gobierno.
–No me consta eso.
–Bueno, no son cosas que se dicen ante un micrófono.
–Es una tragedia que Argentina no pueda sacar un requisito mínimo. Son 34 senadores del peronismo que se resisten y que incluso nos dan un argumento cultural de que ficha limpia no está bien. Nos quieren convencer de que se puede gobernar con corrupción. Es el peronismo conduciendo el Senado de 1983 a la fecha.
-¿Hubo torpeza del gobierno nacional con ficha limpia?
–Es muy probable.
–No salió porque la fuerza que venía a cambiar la política hizo un acuerdo para que nos salga.
-Eso no me consta. Lo que sí veo es el peronismo que frontalmente no lo aprobó. Y el peronismo de Córdoba ahora cacarea porque acá tiene Ficha Limpia, pero porque antes había diseñado la Fiscalía Anticorrupción y en 26 años no ha habido una sola causa elevada a juicio. Es un verso total.
