Las negociaciones son herméticas, pero existen. Juan Schiaretti sigue adelante con su propuesta de armar un gran frente opositor nacional. Las conversaciones son contrarreloj: el 14 de junio vence el plazo para la presentación de las alianzas de cara a las Paso presidenciales del 13 de agosto.
Además del tiempo, hay otro obstáculo político, más fuerte que el almanaque: para integrar el “frente de frentes” que propone Schiaretti, varios de los precandidatos presidenciales de Juntos por el Cambio deberían tomar la difícil decisión de abandonar ese sello a pocos días del cierre de plazo de la presentación de las alianzas.
No hay secretos, porque un mes atrás, cuando Schiaretti lanzó su propuesta mencionó como eventuales participantes a los precandidatos presidenciales cambiemitas Horacio Rodríguez Larreta y los radicales Facundo Manes y Gerardo Morales.
El acuerdo significaría que habría competencia en las Paso para la candidatura presidencial.
Hay otra dificultad política. Esta eventual coalición opositora ampliada no incluye a una de las precandidatas más fuertes de Juntos por el Cambio: Patricia Bullrich.
Schiaretti nunca la mencionó, aunque viene diciendo que una coalición opositora no debe sumar a dirigentes que alimenten la grieta. Un tiro por elevación al cristinismo, pero también a Bullrich.
La exministra macrista lo sabe. Por eso, le bajó el precio al posible acuerdo opositor: “No lo veo ni estoy de acuerdo. Yo no quiero debilitar a Juntos por el Cambio, sobre todo en Córdoba. Queremos ganar en esa provincia y esta propuesta puede generar dudas a los cordobeses”, dijo Bullrich el jueves por la noche al programa Verdad/Consecuencia, de TN. No hizo nombres, pero fue una devolución de rispideces a Schiaretti.
Detrás de la precandidatura de Patricia Bullrich, está Mauricio Macri, al menos hasta ahora. No se conoce la opinión del expresidente sobre la propuesta del gobernador cordobés, pero si incluye a Rodríguez Larreta y no a su candidata la conclusión es simple: no abona esta estrategia.
Además, según la visión de Schiaretti, más allá de la buena relación que mantienen, Macri es el patrón de la otra orilla de la grieta política.
La exclusión de Bullrich tiene otros motivos. El exministro de Economía Roberto Lavagna avala la propuesta de Schiaretti, pero no estaría dispuesto a respaldar una alianza que incluya una propuesta “ultraliberal” como la de Bullrich o Macri.
Por su parte, el salteño Juan Manuel Urtubey –el otro precandidato presidencial del espacio que lidera Schiaretti– ya dijo de manera pública que no participará de un acuerdo político que incluya a referentes de Juntos por el Cambio.
El miércoles pasado, Schiaretti estuvo en Capital Federal. Su única actividad pública fue una reunión con la cúpula de la Asociación de Bancos Argentinos (ABA).
También mantuvo reuniones políticas reservadas. No hay certezas de que se haya reunido con Rodríguez Larreta, Manes o Morales, pero sí con operadores de los tres aspirantes presidenciales opositores.
El próximo lunes, los presidentes de los partidos que integran Juntos por el Cambio se reunirán para tratar la incorporación del liberal José Luis Espert. En ese encuentro también se hablaría de hacer una convocatoria formal para que Schiaretti se sume a la alianza opositora.
Desde el schiarettismo descartan de plano que el gobernador acepte ingrese a Juntos por el Cambio de manera individual. Su estrategia es una coalición muy amplia.
La idea del “frente de frentes” parece de difícil concreción, aunque no está descartada. Quedan 12 días para acordar.
El programa de gobierno
Hay una alternativa más viable si no hay consenso político para compartir una alianza ampliada: un acuerdo programático para un eventual gobierno de coalición si estos sectores de la oposición llegan al poder nacional.
Schiaretti está convencido de que por la gravedad de la crisis del país, el próximo Gobierno nacional debe ser una coalición de los principales espacios políticos, con exclusión del kirchnerismo y el libertario Javier Milei.
“Está condenado al fracaso el presidente que surja de las urnas en las próximas elecciones, si no está respaldado por un gran acuerdo programático para la producción y trabajo”, reiteró Schiaretti a todos quienes lo escucharon en los últimos días.
¿Cómo sería este acuerdo programático si no queda reflejado en una alianza y sus candidaturas? El candidato que gane debería sumar a una hipotética gestión a los firmantes del acuerdo programático.
El acuerdo programático incluirá coincidencias para impulsar reformas importantes en el Congreso nacional.
Los schiarettistas se entusiasman con que a fines de la semana próxima se pueda firmar el acuerdo programático.
No obstante, en las negociaciones nacionales puede meter la cola la campaña electoral cordobesa.
Lo dijo Bullrich y lo avalará el candidato opositor Luis Juez: la propuesta de Schiaretti tendría como objetivo complicar las chances electorales de Juntos por el Cambio en los comicios del 25 de junio.
Larreta ya recibió este mensaje. El radical Morales admite este obstáculo. Por eso, el jujeño habla de acordar luego de las elecciones presidenciales.
Schiaretti tiene otra visión. Si no se hace antes de las urnas, no existe acuerdo programático. Por las dudas, ya decidió el nombre del espacio que comparte con Urtubey, Florencio Randazzo, Alberto Rodríguez Saá y socialistas: Hacemos un País Federal.
