Mientras envalentona a su tropa para las generales legislativas del 14 de noviembre, Juan Schiaretti no se priva de mirar el lejano 2023.
No lo hizo de manera tan enfática en la campaña para las primarias, pero ahora el gobernador no dejó dudas sobre dónde está parado: bien lejos del Gobierno nacional.
En el encuentro con la Mesa de Enlace agropecuaria nacional, el mandatario provincial calificó de “kirchnerista” a la gestión del presidente Alberto Fernández.
Dijo la verdad. El jefe del Estado repite que su modelo de gobierno es el de Néstor Kirchner.
También es evidente la decisiva influencia de Cristina Fernández de Kirchner en el Gobierno nacional. Pero en 21 meses de compartir el poder, fue esta la primera vez que Schiaretti le puso un rótulo a la administración de Alberto Fernández.
De paso, un calificativo que en Córdoba suena casi a descalificación. Esto por ser el distrito más anti-K del país.
Otro rival
El discurso marcadamente opositor del gobernador no es casual.
Luego de las Paso, en el Centro Cívico percibieron algunas cuestiones, pensando en los comicios de noviembre.
Todo en un contexto de debilitamiento político del Gobierno nacional, por la paliza electoral que recibió en las primarias.
En primer lugar, ven a la alianza opositora Juntos por el Cambio como el principal rival en Córdoba.
Lo segundo es consecuencia del primer convencimiento: el schiarettismo ya no teme perder votos peronistas con el Frente de Todos.
Durante el mesurado festejo en la noche del 12 de septiembre, por el segundo lugar en las Paso, entre sus íntimos Schiaretti bajó un mensaje sin grises: “Las Paso fueron la primera etapa. Esta carrera termina el 14 de noviembre”.
Sin embargo, los principales dirigentes oficialistas salieron a hablar de “exportar el modelo cordobés” a nivel nacional.
El intendente capitalino, Martín Llaryora, así como Oscar González y Sergio Busso dijeron que Schiaretti sería el “mejor presidente” para un país agrietado.
No fueron posturas personales. Aunque no lo admitan, hay una estrategia del schiarettismo en marcar un horizonte de proyección nacional para el mandatario provincial, que no tiene reelección en 2023.
Resaltar el “modelo cordobés”, como también lo hizo el vicegobernador Manuel Calvo, es un modo de marcar diferencias con el macrismo, además de con la Casa Rosada.
En esta estrategia política hay que encuadrar las duras declaraciones del diputado Carlos Gutiérrez en contra de Patricia Bullrich.
Tildó de “porteña bravucona” a la titular del PRO nacional, quien insinuó que los legisladores schiarettistas le votan leyes al Gobierno nacional.
2023 parece lejano en un país donde nadie sabe qué pasará la semana que viene. Pero los políticos son especialistas en planificar su futuro a largo plazo.
La tranquilidad que le dio al schiarettismo haberle sacado una gran ventaja al Frente de Todos se transformó en inquietud cuando miraron hacia la vereda de enfrente.
Luis Juez revivió políticamente después de varios tropiezos electorales.
El exintendente se volvió a parar como el principal opositor al PJ provincial. Esto si su socio coyuntural, el radical Rodrigo de Loredo, dentro de dos años decide competir por el municipio capitalino, como asegura.
No se puede comparar el contexto de una elección legislativa nacional con la competencia por el poder provincial y en la Capital. Pero hay algunos nombres propios que se pueden repetir en 2023.
El 14 de noviembre, Juez competirá contra Alejandra Vigo, esposa del gobernador Schiaretti, en la lista para el Senado. En la boleta para la Cámara Baja, De Loredo enfrentará a Natalia de la Sota.
Estos candidatos a legisladores nacionales están pensando que su estadía en el Congreso Nacional puede ser corta. Creen que serán protagonistas en la pelea por cargos ejecutivos locales dentro de dos años.
No hay dudas de que Juntos por el Cambio será el espacio más votado en estas legislativas. Hasta los propios schiarettistas nunca lo pusieron en duda.
Aunque, fue dicho, no es posible traspolar el resultado de esta elección legislativa a los futuros comicios ejecutivos cordobeses.
No obstante, el resultado de estas legislativas puede crear un clima para el futuro cercano.
La sorprendente sociedad política Juez-De Loredo aspira a obtener una victoria contundente. Su objetivo es alcanzar seis bancas en diputados y las dos para el Senado que se llevará la fuerza más votada.
Por su parte, más allá de la diferencia que le pueda sacar Juntos por el Cambio, en el Centro Cívico festejarán como una victoria retener los tres escaños en Diputados. Además de recuperar la banca en el Senado, que perdió cuando el senador Carlos Caserio se sumó al Frente de Todos.
En el inicio de la campaña para noviembre, Schiaretti se plantó como opositor al kirchnerismo. Mirando a la oposición local, pero también a 2023.
