Juan Schiaretti y Javier Milei no hablaron en los últimos días, ni siquiera por teléfono. El gobernador tampoco tiene el diálogo fluido que alguna vez tuvo con Mauricio Macri.
Es decir, tienen razón los abnegados funcionarios schiarettistas que por estas horas se esmeran por desmentir un acuerdo político entre el mandatario provincial, el presidente electo y el influyente expresidente de la Nación.
Sin embargo, nadie podrá desmentir que hay una alianza tácita entre Schiaretti y el nuevo binomio del poder nacional: Milei-Macri.
Para ser preciso y ahorrarles llamados a los schiarettistas que tratarán de desmentir o morigerar el título de esta columna, según la Real Academia Española (RAE), “tácito” significa: “Algo que no se dice formalmente, sino que se supone e infiere”.
Hay elementos concretos para “inferir” que Schiaretti y Milei-Macri tienen una alianza de beneficio mutuo, que celebra el gobernador electo Martín Llaryora.
Schiaretti fue el crítico más duro del candidato presidencial oficialista Sergio Massa, en la campaña para el balotaje.
Hasta el viernes 17 de noviembre, 48 horas antes del balotaje, en plena veda electoral, Schiaretti insistió con pegarle a Massa donde más le dolía: “Es una verdadera vergüenza la inflación galopante que soportamos los argentinos del gobierno kirchnerista de Sergio Massa”, reiteró el mandatario provincial, aquel día de veda, en San José de la Dormida.
Como para que no quedaran dudas de que la intención fue golpear a Massa hasta el último instante de la campaña, desde el Centro Cívico se esforzaron para que esas declaraciones estuvieran en todos los medios.
Chiquito, pero un ejemplo concreto de que Schiaretti trabajó fuerte en contra de Massa, y por carácter transitivo, a favor de Milei.
Aliados
Ahora, ya con Milei como presidente electo, recluido en el hotel Libertador, en el corazón porteño, armando sus equipos, varios cordobeses aparecen en la futura gestión libertaria.
Llamativamente, o no tanto, los funcionarios schiarettistas que fueron convocados estarán en áreas de gran preocupación para Córdoba.
El ministro de Finanzas, Osvaldo Giordano, presidirá la Anses. Se trata del organismo nacional que no actualizó los desembolsos para la Caja de Jubilaciones, por lo cual, el Tesoro Provincial debe destinar más de 6.300 millones de pesos mensuales para cubrir ese incumplimiento.
A esos fondos hay que agregarles los del déficit que genera el sistema previsional provincial, una de las grandes preocupaciones de Llaryora.
Se sabe, Schiaretti ya presentó dos demandas en contra de la Anses, por más 230 mil millones de pesos.
Giordano ahora deberá atender el juicio del otro lado del mostrador.
Paradójicamente, el ministro de Finanzas fue el que le dio los argumentos económicos al prestigioso estudio de abogados porteño que lidera Alberto García Lema, para presentar ambas demandas contra la Corte Suprema de Justicia.
Franco Mogetta, secretario de Transporte provincial, ocupará el mismo cargo en la gestión libertaria.
Los subsidios para el transporte son un dolor de cabeza para todos los gobernadores e intendentes de las grandes ciudades.
Ahora, Llaryora tendrá un interlocutor privilegiado para tratar el tema.
Nadie le garantiza una solución para la Caja de Jubilacionese y los subsidios al transporte nacionales, pero al menos Llaryora podrá dialogar con funcionarios conocidos que, además, saben desde adentro los problemas que afectan a Córdoba.
Hay una tercera cuestión que afecta a Córdoba, y que Llaryora podrá negociar con el futuro ministro del Interior, Guillermo Francos, un cavallista que Schiaretti conoce desde hace más de tres décadas.
Francos, la cordobesa Diana Mondino, futura canciller, y el propio Macri son los promotores de la convocatoria de funcionarios cordobeses.
En plena campaña, Massa tomó dos medidas electoralistas que le pegaron de lleno a todas las provincias: la casi eliminación del Impuesto a las Ganancias y la devolución del IVA de los alimentos.
Córdoba dejó de percibir 5.000 millones mensuales de coparticipación de esos dos impuestos.
El resto de las provincias ya plantearon su reclamo. Aunque hay que admitir que fue Schiaretti el único que puso el grito en el cielo cuando Massa hizo los dos anuncios, en plena campaña presidencial.
“Nuestra postura será siempre bajar impuestos, pero el ministro Massa hace campaña con fondos de las provincias. Eso es ilegal”, dijo el mandatario cordobés en su momento.
Mendoza y Corrientes ya hicieron planteos ante la Corte Suprema. No está descartado que Schiaretti haga lo mismo en los próximos días.
Francos es un futuro ministro de Milei que más empujó para sumar a funcionarios schiarettistas. Además, tiene un vínculo muy estrecho con Daniel Tillard, quien este viernes se despidió de la presidencia del Banco de Córdoba.
Francos considera que Tillard es su “hermano de la vida” y que seguramente ocupará un lugar preponderante en la gestión libertaria, probablemente en el Banco Nación.
En síntesis, los schiarettistas niegan un acuerdo político con Milei. Schiaretti no quedará pegado a una gestión con pronóstico reservado, por los problemas que heredará.
Llaryora celebra este acercamiento, aunque a la distancia. Sin involucrarse.
Alumno privilegiado de Schiaretti y de José Manuel de la Sota, el gobernador electo sólo piensa en los beneficios para su futura gestión. Pragmático como los dos referentes del PJ provincial, Llaryora nunca dejará atado su futuro político a terceros. Lo construirá desde su gestión, pero en tiempos de crisis, siempre es bueno contar con interlocutores conocidos en el poder central.
