“El tercer trimestre de 2022 estará comenzando a fagocitar parte del arrastre estadístico positivo que dejó el fin de 2021″, sostiene un trabajo del Ieral-Fundación Mediterránea que evalúa el nivel de actividad económica del año.
El EMAE (proxy del PIB suministrado por el Indec) mostró un crecimiento interanual de 7.5% para el segundo trimestre de 2022, señala el trabajo de los economistas Jorge Vasconcelos y Agustín Cavallo.
Por su parte, la recaudación de impuestos asociados al mercado interno (Indice Ieral) mostró una variación de 6,7 % interanual en términos reales para el promedio de abril a junio.
El estudio aclara que no hay datos de EMAE para julio y agosto, “pero el Indice de Ieral adelanta una variación interanual de 2,6 % para el tercer trimestre, una marcada desaceleración de 4,1 puntos porcentuales respecto del guarismo del segundo trimestre”.
El indicador del Estudio Ferreres, el IGA desestacionalizado, menciona, se ubicaba en julio todavía un 4,0 % por encima del promedio de 2021, “pero el Indice Ieral basado en la recaudación muestra para agosto de este año un nivel solo 2,0 % superior al del promedio del año anterior”, remarcó.
“En principio, estos guarismos adelantan que el tercer trimestre de 2022 estará comenzando a fagocitar parte del arrastre estadístico positivo que dejó el fin de 2021″, puntualiza.
Por detrás de la desaceleración del nivel de actividad del tercer trimestre “hay que contabilizar la aceleración inflacionaria del último período, que afectó el poder adquisitivo de la demanda agregada y, en forma convergente, las crecientes dificultades para el abastecimiento de partes y piezas de origen importado, que han frenado la actividad en diversas cadenas de valor”, analiza el estudio del Ieral.
A esos vectores se agrega, a partir de agosto, “el impacto restrictivo sobre el crédito a empresas que ha comenzado a generar el endurecimiento de la política monetaria”.