El segundo debate presidencial marcó algunos cambios notables con relación al primero, realizado en Santiago del Estero. El más notable, quizá, fue la estrategia de Patricia Bullrich que aumentó notablemente sus menciones a Javier Milei y lo llevó a centrar parte de sus intercambios entre ellos.
La candidata de Juntos por el Cambio pasó de apenas 4 menciones a Milei en Santiago del Estero a 10 en Buenos Aires. Más del doble.
La consecuencia fue que Milei, que en Santiago había mencionado en 3 oportunidades a la candidata de Juntos por el Cambio, esta vez lo hizo en 6 veces.
En el primer debate, el foco de atenión del libertario había sido Sergio Massa. Si bien en el segundo, el ministro de Economía siguió al tope de las menciones de Milei, lo hizo en igualdad de condiciones con Bullrich (6 cada uno).
También Juan Schiaretti logró mayor atención de parte de Milei, ya que sumó 2 menciones en Buenos Aires (contra 1 en Santiago); algo que no pudo lograr Myriam Bregman, que siguió siendo la postulante que menos “atacó” el libertario (1 vez).
Palabras
Más allá de un tono de voz más alto, una postura física menos cansina y una actitud de barricada que no había tenido en el primer debate, en líneas generales la estregia discursiva de Bullrich se mantuvo similar a lo sucedido en Santiago del Estero.
La palabra “Argentina” volvió a ser la más usada por Bullrich, aunque con menos frecuencia; y “Massa” estuvo presente con casi el mismo peso.
La novedad fue que Bullrich dejó de lado los términos “inflación” y “tipo de cambio”, muy presentes en Santiago del Estero; y los reemplazó por “defender” y “cambiar”.
El uso de “Argentina” fue una constante en casi todos los demás candidatos, ya que también fue la más utilizada por Massa y Schiaretti, y quedó segunda en el caso de Milei.
La excepción fue Bregman, que repitió “trabajador” más veces que niguno de los otros, seguido por “Milei” (tampoco en Santiago del Estero, la candidata de la Izquierda mencionó “Argentina” entre las palabras más utilizadas).
