“Deberíamos escribir un libro sobre cómo un candidato oficialista es competitivo pese a una gestión que hace todo mal”, se sinceró un massista cordobés, con ironía pero no alejado de la realidad del candidato presidencial oficialista.
Sergio Massa es el ministro que alcanzó casi 130% de inflación en sus 13 meses de gestión al frente del Palacio de Hacienda.
El 12,4% de inflación de agosto es la cifra más alta de los últimos 32 años. El índice de pobreza que se conocerá el mes próximo podría alcanzar el escalofriante 45%.
Números preocupantes, que serían una condena para cualquier candidato peronista. Sin embargo, Massa se mantiene “competitivo”, aseguran los massistas, con encuestas en las manos.
Córdoba es uno de los distritos que más optimismo siembra entre los oficialistas nacionales. Según los últimos sondeos que manejan en el comando massista, el candidato habría crecido entre seis y siete puntos en este distrito.
No obstante, lo de “competitivo” es un eufemismo para tratar de esquivar la realidad. Hasta los propios massistas admiten que es “casi imposible” que el ministro de Economía pueda convertirse en presidente cuando hay un 70% de los argentinos que quiere un cambio.
Este contexto adverso parece no hacer mella en Massa. Sin perder el optimismo, el propio candidato reconoció las dificultades que atraviesa, en una reciente charla reservada con tres peronistas cordobeses.
“Pocas chances de ganar no es ninguna. Soy el mejor alumno del ‘Gallego’ De la Sota, que nunca se daba por vencido”. Massa dixit.
Presión para todos y todas
Pese a los números de la economía que condicionan su aspiración presidencial, en Córdoba Massa es una preocupación para Juan Schiaretti, el único candidato presidencial del interior del país.
Las últimas encuestas que llegaron al Centro Cívico generaron alarma. Son coincidentes con las que manejan los massistas.
El candidato de Unión por la Patria subió varios puntos, los mismos que estaría perdiendo el gobernador en la intención de votos a su candidatura en la provincia que gobierna.
Esto generó una reunión de urgencia, este viernes en la ciudad de Córdoba, del candidato presidencial con más de 700 dirigentes oficialistas del interior.
Sin embargo, el protagonista de la cumbre fue el gobernador electo Martín Llaryora, con otro encendido mensaje a favor de la candidatura presidencial del mandatario provincial.
La presencia de Llaryora fue advertencia vedada para intendentes y legisladores oficialistas del interior: el próximo gobernador tendrá en cuenta el resultado de las elecciones presidenciales en cada localidad y ciudad del interior.
Más aún. Hay muchos intendentes que no tuvieron la posibilidad de ir por su reelección y terminan sus mandatos el 10 de diciembre.
Varios de esos intendentes aspiran a ocupar algún lugar de segundo o tercer nivel en la próxima gestión llaryorista. Para alimentar esa posibilidad, Schiaretti deberá hacer una buena elección en las localidades que aquellos gobiernan.
No lo manifestó Llaryora en esos términos, pero los intendentes oficialistas saben que están en la mira. Lo dijo Schiaretti sin rodeos.
“Estoy viendo los resultados de las Paso en cada localidad y está claro que perdimos votos respecto de la elección provincial. Hay que militar casa por casa con nuestra boleta presidencial”, les recomendó.
En este contexto, más allá del nuevo eslogan de campaña de Schiaretti –“el voto vale para Córdoba”–, no pocos peronistas cordobeses sienten que el voto útil es Massa, ante la amenaza del libertario Javier Milei y, en menor medida, de Patricia Bullrich (Juntos por el Cambio).
“Tengo claro que ‘el Gringo’ no piensa lo mismo, pero para muchos de nosotros siempre será mejor que un peronista sea el próximo presidente; incluso Massa, que es el bendecido por Cristina (Kirchner). Milei es un salto al vacío, y Patricia (Bullrich), una enemiga del PJ cordobés”, remarcó un intendente de la pampa gringa que viajó hasta la Capital para escuchar a Schiaretti y a Llaryora.
En este sentido, en los últimos días se dieron algunos ruidos internos llamativos en el PJ provincial.
Schiaretti cuestionó con dureza a Massa por haber elevado el piso del Impuesto a las Ganancias, que dejó a sólo el 1% de los asalariados alcanzados por ese gravamen.
José “Pepe” Pihen, uno de los gremialistas más cercanos al gobernador, salió a respaldar la medida impulsada por Massa.
Por su parte, el intendente delasotista de Canals, Edgar Bruno, cuestionó con dureza al gobernador y candidato presidencial. Directamente lo acusó de beneficiar al sector rural y no a los trabajadores. “Schiaretti nada tiene que ver con el peronismo que De la Sota fundó en 1999″, escribió en sus redes sociales el intendente, apuntando al costado que más le duele al mandatario provincial.
El cuestionamiento de Schiaretti a la decisión de Massa de subir el piso de Ganancias generó reparos, por lo bajo, hasta en el propio oficialismo provincial.
“Es cierto que fue una medida electoralista y que perjudica a las provincias. Pero no hay que remar en contra de la corriente, y menos en campaña. Lo único que cumplió este Gobierno es que alivió el tema de Ganancias a los trabajadores, que durante las gestiones de Cristina y Macri alcanzaba al 30% de los asalariados”, argumentó alguien que integra la gestión schiarettista.
Para este segundo tiempo de la campaña, en el Centro Cívico se creó un grupo de funcionarios que diariamente asesoran a Schiaretti para que salga a responder en las redes sociales a los distintos rivales en la carrera presidencial.
El más apuntado es Massa, por ser el ministro de Economía y también el candidato presidencial que más votos le estaría restando a Schiaretti en Córdoba.
Al candidato presidencial oficialista no lo ayudan los números de su gestión económica, pero parece que se las arregla para intentar convertirse en la “bestia negra” para Schiaretti en la provincia.