Tras una extensa espera que alimentó todo tipo de especulaciones, el Gobierno nacional confirmó que Sergio Massa se incorporará al gabinete para desempeñarse como un “superministro” a cargo de toda el área económica: pasará a manejar Economía, Desarrollo Productivo y Agricultura.
La Casa Rosada difundió un breve comunicado para anunciar el pase de Massa, y el presidente de la Cámara de Diputados hizo lo propio ante los periodistas acreditados en el Poder Legislativo, donde aprovechó para pedir “paciencia” frente a las consultas sobre sus primeras medidas.
“El presidente Alberto Fernández decidió reorganizar las áreas económicas de su gabinete para un mejor funcionamiento, coordinación y gestión”, remarcaron en Balcarce 50.
En la cámara baja, Massa adelantó que el próximo lunes comenzará a dar a conocer los nombres de los funcionarios que estarán bajo su órbita y precisó que convocará a una sesión especial para el próximo martes para aprobar su renuncia como diputado y votar a su reemplazante.
Consultado por el nombre de quién lo sucederá, evitó la respuesta.
El arribo del exintendente de Tigre y ex jefe de Gabinete durante el gobierno de Cristina Kirchner implicará también la unificación los ministerios de Economía, Desarrollo Productivo y Agricultura, Ganadería y Pesca, incluyendo además las relaciones con los organismos internacionales, bilaterales y multilaterales de crédito.
La llegada de Massa
El anuncio oficial se conoció tras días de múltiples trascendidos, que terminaron de tomar forma en la víspera, cuando el presidente Alberto Fernández escuchó las quejas de los gobernadores peronistas sobre la crisis económica y sus efectos en el territorio.
En esa cumbre con los mandatarios provinciales, que supieron sostenerlo en los momentos más críticos de la interna con Cristina Kirchner, el Jefe de Estado reveló que preparaba más cambios en su equipo de trabajo y poco después referentes del oficialismo emprendieron una suerte de operativo clamor para apuntalar el nombre de Massa.
El presidente Fernández emprendió este jueves una serie de reuniones clave para terminar de definir los cambios, mientras que Masssa, tal como adelantó este medio, se reunió con Cristina Kirchner en las instalaciones del Senado de la Nación.
Alberto y la reunión con Batakis
En Casa Rosada, el Presidente recibió a la ministra de Economía, Silvina Batakis, quien le manifestó su malestar por las reformas, que conoció durante su viaje a los Estados Unidos para reunirse cara a cara con la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, y hasta puso a disposición su renuncia.
Pero Alberto Fernández le pidió que continúe en el Gobierno nacional. Al final, se conoció que la exministra de Economía pasará a ser la directora del Banco Nación.
El siguiente paso de Alberto Fernández fue recibir a Daniel Scioli, hasta hoy ministro de Desarrollo Productivo y padrino político de Batakis.
El exgobernador bonaerense se retiró en silencio de la Casa Rosada, y poco más tarde se confirmó que dejará la cartera nacional para retornar a la conducción de la embajada argentina en Brasil.
“Scioli volverá a la embajada argentina en Brasil donde realizó un excelente trabajo. El presidente le agradece profundamente haber estado presente en el gabinete cuando fue convocado”, indicaron en el acotado comunicado para informar su salida.
Massa, un cimbronazo
La incorporación de Massa provocó un cimbronazo en el equipo de Alberto Fernández que hasta forzó la salida de Gustavo Beliz, uno de sus principales laderos que estaba al frente de la Secretaría de Asuntos Estratégicos.
La renuncia de Beliz promovió otro de los enroques relevantes en la administración nacional: Mercedes Marcó del Pont dejó la conducción de la Afip para reemplazarlo.
En la Afip asumirá el contador Carlos Castagneto, actual Director General de Recursos de Seguridad Social del organismo.
También se conoció, entrada la tarde-noche, que Julián Domínguez, quien era el ministro de Agricultura y uno de los se negaba a una suba de retenciones, presentó su renuncia y no seguiría en el Gobierno nacional.
Se trata del cambio más importante en la era de Alberto Fernández, quien resistió hasta no hace mucho los reclamos de Cristina Kirchner para reformular su Gabinete ante la indómita marcha de la inflación y la crisis cambiaria que terminó de instalarse con la renuncia de Martín Guzmán.
