A cuatro años de asesinato de Valentino Blas Correas a manos de la Policía de Córdoba, su mamá soledad Laciar publicó en las redes sociales un emotivo mensaje para recordarlo y para pedirle a Justicia que determine las responsabilidades políticas detrás del hecho.
“Sigue doliendo como el primer día”, remarcó la mamá de Valentino en su cuenta de Instagram y aseguró: “Como te prometí, hasta el último día de mi vida voy a seguir buscando la justicia completa”.
En ese marco, se refirió a las 18 imputaciones conocidas semanas atrás, entre ellas las del exministro de Seguridad Alfonso Mosquera; su mano derecha, Lucas Mezzano, y el excomisario inspector Gonzalo Cumplido, y remarcó que resta la tarea de demostrar la responsabilidad política detrás del crimen.
“Ojalá la Justicia tenga la misma necesidad que nosotros tenemos de encontrar a cada uno de los responsables”, auguró
“Hubiese querido disfrutarte más. Que vieras a tus hermanas crecer. Hubiese querido tantas cosas que no me permitieron. Te extraño mucho. Te amo infinito”, cerró Laciar.
El crimen de Blas Correas
Valentino Blas Correas fue asesinado en la madrugada del 6 de agosto de 2020 en Córdoba Capital, cuando iba junto a un grupo de amigos a bordo de un auto y recibieron balazos de policías que se encontraban en un puesto de control vehicular.
Por el hecho, en marzo de 2023 fueron condenados 11 policías, dos de ellos a prisión perpetua.
En junio, el fiscal Anticorrupción del 2° Turno de Córdoba, Franco Mondino, tomó la determinación de responder con 18 imputaciones al pedido de investigación que hicieron los jueces de la Cámara 8ª del Crimen.
Además de poner en la mira a 15 uniformados, entre jefes y subordinados, el instructor selló la acusación en contra de tres exfuncionarios del Ejecutivo provincial, el exministro de Seguridad Alfonso Mosquera; su mano derecha, Lucas Mezzano, y el excomisario inspector Gonzalo Cumplido.
A ellos tres les adjudica Mondino el reproche penal de supuesto ofrecimiento-aceptación de dádivas, los dos primeros de un lado y Cumplido en el otro extremo, como receptor.
