¿Podrá la salida del escenario electoral de Cristina Fernández diluir la grieta y potenciar a quienes buscan cosechar por el ancho surco del medio? Si eso ocurre, ¿cómo impactaría en Córdoba, cuyo electorado rechaza ampliamente a la vicepresidenta? ¿Y en el peronismo cordobés; será posible una unificación?
Las preguntas no tienen aún respuestas. Se esperan encuestas que permitan auscultar el impacto de una elección sin Cristina candidata. Sí hay algunos análisis.
En Hacemos por Córdoba, el GPS se mantiene con la ruta trazada: seguirá alejado de todo lo que “huela” a K, aunque esta estructura sin Cristina candidata confluya en la Paso del peronismo nacional.
En este sentido, no pasó inadvertido el duro comunicado que la franquicia local del Frente de Todos emitió el martes, tras la condena a la vicepresidente.
Con la firma de Martín Gill y Federico Alesandri, entre otros intendentes, el espacio K (y filo K) emparentó al peronismo cordobés y a Juntos por el Cambio, a los que acusó de actuar “obsecuentemente como las ‘mascotas’ de la mafia (conformada por) el entramado del poder real compuesto por un sector del Poder Judicial, los medios de comunicación concentrados y la oposición política antidemocrática, (que funciona) como un Estado paralelo”.
“Nunca un dirigente de Hacemos por Córdoba dirá lo que dice ese comunicado”, fue el mensaje que derramó desde El Panal, aunque uno de los firmante es Isaac López, secretario de Asuntos Institucionales de la Provincia, que depende de Julián López, uno de los armadores de la campaña de Martín Llaryora.
Aunque dirigentes del kirchnerismo se han camuflado como funcionarios municipales, en el llaryorismo se ilusionan con que la salida de Cristina del escenario le “quite dramatismo político” a la contienda, lo que facilitaría, entienden en el Palacio 6 de Julio, “provincializar la discusión” y “sacar del barro” a Luis Juez, a quien ven como el principal retador.
“Sin Cristina con protagonismo y con la economía más controlada, nuestras urgencias electorales son menores”, admiten en la Municipalidad, y abren un nuevo escenario respecto de la fecha de elecciones provinciales en el primer o segundo domingo disponible sin modificación de la ley: desde el 18 de junio. Pero esa fecha, la definirán Juan Schiaretti y Llaryora.
Lo que sí, señalan en el PJ, la autoexclusión “podría mover el escenario y darle un espacio a la proyección de Juan”, por el juego nacional con el que amaga Schiaretti desde hace meses.
Volviendo a la pregunta inicial, analizan que si la vicepresidenta no es candidata “pierde espacio el discurso opositor” que enarboló Luis Juez en la campaña del año pasado, cuando se presentó como “un juez para Cristina”.
En el equipo de la campaña provincial entienden que una parte del discurso de Luis Juez y/o Rodrigo de Loredo, aquel que potenció la fórmula en 2021 al plantarse como “la versión más dura” de ese lado de la grieta, se “difumina”.
La “reconfiguración”
En el juecismo rechazan esa lectura: ”Juez hablará de Córdoba y un modelo de gobierno agotado. En todo caso, la condena y posterior autoexclusión de Cristina –en caso de confirmarse– sirve para ratificar lo que él siempre dijo: ’un Juez para Cristina’ fue una premonición”.
En cambio, se entusiasman con que una discusión por el centro potencia a Horacio Rodríguez Larreta y deje en off side a Mauricio Macri; hoy, su principal escollo interno. “El reposicionamiento de Horacio es una buena noticia para nosotros, porque podríamos sacar del medio al dirigente de Juntos capaz de entregar Córdoba a (Martín) Llaryora”, es la síntesis.
En el campamento de Rodrigo de Loredo, por ahora precandidato a gobernador, admiten “cierto impacto” de la decisión de Cristina Fernández, pero desdramatizan su trascendencia: “El electorado no va a modificar su comportamiento porque Cristina no sea candidata”.
Reconocen que sin grieta, “Rodrigo potencia su discurso de propuestas”: “Tenemos que ser una fuerza no construida en contra de otro espacio, sino ser superadora. Una tesis propia más que una antítesis”.
Aún este colectivo debe firmar la alianza y su demorado reglamento.
La posibilidad de una lista K en la elección provincial (y municipal) es cierta: un regreso a “Unidad Ciudadana” parece el camino probable para contener al 8-10 por ciento del electorado, y rearmar desde allí una estructura provincial con legisladores opositores, descartando una unificación, pese a que hay dirigentes de ese espacio son funcionarios de Hacemos por Córdoba.