La tasa de desocupación aumentó a 7,9% en el primer trimestre del año, lo que implica que cerca de 315 mil personas perdieron su empleo, pese a que la economía habría crecido más de un 6%.
De esta forma, el desempleo subió 1,5 puntos porcentuales que con relación al cuarto trimestre de 2024 y 0,2 puntos en la comparación interanual.
En tanto, la subocupación se redujo a 10%, 1,3 puntos menos que el último período del año pasado y similar al primer trimestre de ese período.
El desempleo subió a 7,9% en Argentina
Los datos fueron difundidos este jueves por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) y tienen un rezago de casi tres meses habitual en este tipo de mediciones.
De acuerdo a la información oficial, sobre una Población Económicamente Activa (PEA) de 21 millones de habitantes, las cifras indican que cerca de 3,8 millones de personas tienen problemas laborales en el país.
De ese total, 1,7 millones se encontraban desempleados al 31 de marzo de 2025, mientras que 2,1 millones trabajaban menos de 35 horas semanales, pese a estar en condiciones y tener deseos de hacerlo más tiempos.
El mapa del empleo tiene un segundo componente desalentador que es el aumento de los trabajadores “informales”, que ahora son el 36,3% del total. Esto significa un deterioro de 0,6 puntos con relación a un año atrás.
Por lo tanto, si sumamos los desempleados, subocupados y “trabajadores en negro” más de 11 millones de personas están en condiciones precarias o directamente desempleadas.
En la apertura por ciudades, la información oficial muestra que la peor situación se observa en el Gran Buenos Aires, donde el desempleo trepó a 9,7%. Cerca aparecen Santa Rosa (9,5%), Córdoba (9,2%) y Resistencia (8,9%).
En cambio, sorprende la condición de casi pleno empleo que exhiben Viedma con apenas 0,8% de desempleo, Santiago del Estero (1%) y Comodoro Rivadavia (1,3%),
El dato del Indec es un golpe para el gobierno de Javier Milei, que hasta el momento podía sostener su discurso en base a los buenos resultados en la macroeconomía. Si bien había señales de alerta, la administración libertaria siempre apostó a que el ordenamiento de las principales variables sería suficiente para sostener la producción y el empleo.
Los analistas esperaban una desocupación de 7% para los primeros tres meses del año. Así lo expresaron en el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) que publicó el Banco Central a principios de junio. Además, calculaban que sobre el último trimestre de este año el desempleo tendría un recorte leve a la zona de 6,5%, pese a que al mismo tiempo estiman que la economía crecerá más de un 5%.
De allí que la cifra que reveló el Indec está por encima de las previsiones y obligará a recalcular las estimaciones.
Este escenario se explica por la heterogeneidad de la reactivación económica, que se está concentrando en sectores que no son muy demandantes de mano de obra.
En cambio, la apertura comercial y la caída de la producción y el consumo están dejando marcas en sectores industriales y de comercio, que explicarían el resultado.
Durante el primer trimestre del gobierno de Milei, la tasa de desocupación subió a 7,7% producto del impacto de las medidas que se habían tomado en diciembre de 2023. En el segundo trimestre se ubicó en 7,6%, en el tercero cayó a 6,9% y en el cuarto descendió a 6,4%.
Si bien el primer período del año tiene un componente estacional importante, la comparación interanual también muestra un deterioro de los indicadores laborales.
Con llamativo timming, poco antes de que el Indec diera a conocer el aumento del desempleo, el gobierno dejó trascender que la próxima semana convocará al Consejo de Mayo para comenzar a discutir la reforma laboral.
No obstante, una iniciativa de este estilo es muy difícil que pueda debatirse en el Congreso Nacional durante este año, debido a las elecciones legislativas de octubre.
Desempleo: la apuesta del gobierno de Milei
El Gobierno apuesta a una buena elección que le permita contar con mayor representatividad para realizar menos concesiones en las negociaciones.
Milei intentó un símil de reforma laboral con el decreto 70/2023 que dictó a poco de asumir, pero la justicia le frenó artículos clave.
Hace poco más de un mes, el jefe de Estado insistió con su idea y en medio de un decreto que ofició de Caballo de Troya y por el cual desregulaba el transporte marítimo, quiso “hacer pasar” una limitación del derecho a huelga.
Mediante esa norma amplió la categoría de actividades esenciales y creó la categoría de “trascendentes” a la que también le imponía restricciones. La justicia aceptó un amparo de la CGT y suspendió los artículos que limitaban el derecho a huelga.
En consecuencia, al Poder Ejecutivo se le estrecharon los caminos y ahora deberá buscar un amplio consenso para que la reforma laboral pase por el Congreso.
Las modificaciones a las actuales leyes que rigen el mundo del trabajo es un viejo reclamo de los empresarios, quienes afirman que los costos que imponen la legislación, y en especial la industria del juicio, resultan la principal traba para la contratación de nuevos trabajadores.