En un contexto de crisis económica y de tensión con los gremios del sector público por la discusión salarial que se avecina, el gobernador Martín Llaryora está dispuesto a introducir cambios profundos en áreas claves de su gestión provincial, como Salud y Educación. Mientras que los estatales denuncian un ajuste y se preparan para resistir con medidas de fuerza y protestas callejeras, cuando la administración pública vuelva a las actividades, luego del receso veraniego.
Llaryora ganó la primera batalla con el aumento de los aportes personales a los agentes públicos. Así, el gobernador consiguió una cuota de oxígeno financiero para las exigentes arcas de la Caja de Jubilaciones y la Apross, la obra social provincial.
Antes de arrancar el 15 del corriente la discusión por el aumento salarial para enero, en el cual impactará la altísima inflación de diciembre que se conocerá en los próximos días, Llaryora está decidido a impulsar cambios profundos en Salud y Educación, que, según dijo en campaña y repite ahora, serán claves en su gestión provincial.
En Salud ya se inició un debate, con un fuerte comunicado del Gobierno provincial en la noche del jueves pasado en el cual se expone el nivel de ausentismo que hay entre las enfermeras, que en algunos casos supera el 50% en los distintos nosocomios estatales.
Los datos oficiales difundidos desde el Centro Cívico generaron una rápida reacción de los gremios, y también de los autoconvocados.
Hay estado de “asamblea permanente” y quite de colaboración en los hospitales públicos provinciales, que desde hace días afectan la atención.
Los reclamos y posibles medidas de fuerza se incrementarán en febrero, cuando los estatales vuelvan a sus tareas, luego del receso veraniego.
No obstante, los gremialistas también dicen que están dispuestos a sentarse a una mesa de diálogo, que el Gobierno provincial insinuó en el comunicado del jueves pasado.
El ministro de Salud, Ricardo Pieckenstainer, mantuvo ayer una reunión –vía Zoom– con los 44 directores de los hospitales provinciales. “De lo que se trata es de gestionar los recursos, ser profesionales en la evaluación de desempeño de cada trabajador, acompañar y apoyar a quienes demuestran vocación de servicio, y no premiar a quienes no cumplen”, les remarco el ministro.
Pieckenstainer les recordó a los médicos que la Provincia viene realizando “inversiones multimillonarias” y “los resultados son pobres en materia productiva”.
El responsable de la salud pública provincial repitió conceptos el gobernador Llaryora viene sosteniendo.
Miradas opuestas
Las reformas en los hospitales no pasarán sólo por un mayor control de los equipos de salud. Como lo propuso durante la campaña electoral, Llaryora buscará una mayor “coordinación” entre el sector público y el privado para mejor la atención en los 44 hospitales de la provincia.
Cómo se implementará esa coordinación, es sobre lo que está trabajando el ministro de Salud, quien conoce la situación del sector privado porque viene de dirigir uno de los centros más emblemáticos como es el hospital Privado.
A esta definición los estatales la interpretan como una “privatización” de la salud pública.
Esto es negado de manera terminante por los funcionarios llaryoristas. “Ser más eficiente no significa privatizar”, explican desde el Centro Cívico.
“El Gobierno entiende que los niveles de inversión que realiza en el área de Salud deben traducirse en una mejor calidad en la prestación del servicio”, indicó uno de los párrafos del comunicado oficial, que sintetiza el pensamiento del gobernador para la salud pública.
Para explicar y debatir sus políticas, el Ministerio de Salud convocará a los gremios (los reconocidos y también los autoconvocados) a una mesa de diálogo para revisar “caso por caso” los 404 contratos que vencieron el 31 de diciembre y no se renovaron.
Por ahora la discusión es con el sector de Salud. Llaryora instalará el mismo debate en Educación, cuando el 5 de febrero los docentes vuelvan a las escuelas.
El nuevo mandatario provincial también impulsará un fuerte control en el ausentismo y las suplencias en las escuelas.
Será el primer paso de lo que en el Centro Cívico también se denomina la “reforma educativa”, que incluirá una adaptación de los programas educativos a los nuevos tiempos que corren.
Movilización, ¿y mediación de la Iglesia?
Por ahora, lo único acordado entre los gremios estatales es que trabajarán en conjunto para lo que ellos denominan “resistir el ajuste”, apuntando a las medidas que impulsa el gobernador Martín Llaryora.
En esta semana, los estatales provinciales decidirán cuál será la modalidad adhesión al paro nacional decretado por la CGT nacional, para el miércoles 24 del corriente. Se evaluarán si hay un paro o una movilización de los cuerpos orgánicos, teniendo en cuenta que los agentes de la administración pública y los docentes están de vacaciones.
Más allá de este posible paro, los estatales se movilizarán este martes hacia la Catedral de Córdoba, donde buscarán ser recibidos por el arzobispo Ángel Rossi. Los gremialistas están gestionando está audiencia, que aún no está confirmada.
La movilización es impulsada por el SEP, por el conflicto en los hospitales, pero han prometido su apoyo el resto de los gremios estatales que se sintieron afectados por la suba de los aportes personales a los agentes públicos.
A estas movidas de los gremios estatales también se suman otros como el Suoem (municipales), bancarios, Luz y Fuerza y judiciales que reclaman por la suba de los aportes.
No obstante, para los estatales, se viene una discusión de fondo: el aumento salarial para el corriente mes, que arrancará el lunes 15 de enero.
