Tras el duro revés sufrido por el presidente Javier Milei en el Senado, la tensión se traslada ahora a la Cámara de Diputados, que acumuló una batería de temas de impacto fiscal. Por un lado, los dos proyectos de distribución de recursos para las provincias; por otro, los de financiamiento de las universidades y del hospital Garrahan; y, en tercer lugar, el rechazo al veto sobre la asistencia a Bahía Blanca, y los próximos a firmarse sobre jubilaciones y discapacidad.
En la oposición manejan diferentes velocidades: mientras que algunos intentan apurar una convocatoria, otros son más cautos. Lo cierto es que la sesión aún no tiene fecha y se complejiza su armado por diferentes motivos. El más evidente es el receso de invierno (en algunos distritos ya empezó, en otros arranca este lunes, y en la Ciudad de Buenos Aires abarca las últimas dos semanas de julio). Pero además, entran a jugar factores políticos y fechas clave del calendario electoral.
El mayor grado de expectativa pasa por los gobernadores. En el Senado, el resultado que obtuvieron sus dos proyectos fue aplastante: 56 votos a favor, es decir, dos tercios de la Cámara, que alcanzarían para ratificar la ley ante el futuro veto. ¿Los jefes provinciales jugarán a fondo para sancionar la ley? ¿Matizarán la presión? ¿Se abrirán fisuras entre ellos?
Por lo pronto, el cordobés Martín Llaryora fue el que tuvo la reacción más explícita: salió a bancar con fuerza el voto de Alejandra Vigo, el único afirmativo entre los tres senadores, ya que Luis Juez votó en contra y Carmen Álvarez Rivero se ausentó para no convalidar la sesión. “Gracias por no traicionar a los cordobeses”, le dedicó el gobernador a Vigo.
En el cordobesismo hay quienes piensan que ya es tarde para algún ofrecimiento de Milei. “Ya no alcanza el hecho de que Milei haga un gesto que además nadie espera. Él está pagando las consecuencias del destrato y el maltrato hacia gente que lo ha venido apoyando. Toda paciencia tiene un límite”, dijeron a La Voz.

En la Cámara baja el oficialismo mantiene clausurada la Comisión de Presupuesto y Hacienda. Ante este obstáculo, tienen dos opciones: pedir una sesión para emplazar a la comisión, o jugarse a fondo para tratar los proyectos en el recinto sin dictamen, con dos tercios de los votos. En la oposición esperan que sean los gobernadores los que marquen el rumbo y dejen de lado las ambigüedades.
En Diputados también están listos para tratarse los proyectos de presupuesto universitario y del hospital Garrahan, que esta semana obtuvieron dictámenes en comisiones con mayoría opositora. Ambos tienen grandes chances de ser aprobados y girados al Senado para su sanción definitiva. Otro dolor de cabeza para Milei.
Por otra parte, Diputados también deberá tratar los futuros vetos a las leyes que acaba de sancionar el Senado sobre jubilaciones y discapacidad. La oposición debe definir si también estos temas entrarían en una eventual “mega sesión”. Y, aunque hay un clima más optimista que el año pasado para torcer a los “87 héroes”, aún es difícil aventurar el final.
También está en carpeta el veto sobre Bahía Blanca. El Senado lo rechazó este jueves por unanimidad (55 votos afirmativos). En Diputados, la ley (que dispone asistencia por $200.000 millones para la ciudad) se había sancionado también por dos tercios; si se replica ese número, la norma pasaría al Poder Ejecutivo para su promulgación. A menos que Milei vaya a la Justicia, una opción cuestionada por constitucionalistas.
A este cúmulo nada menor de temas se suman otros que Unión por la Patria tiene en agenda y que los demás bloques no tienen el mismo interés en tratar. Fundamentalmente, el rechazo a decretos polémicos de Milei, como el que reestructuró organismos de la cultura, el que transformó el Banco Nacional de Datos Genéticos y el del nuevo régimen de la Marina Mercante.
Parte del fracaso de la última sesión (que terminó con un escándalo de insultos y empujones) tuvo que ver con que el bloque radical Democracia para Siempre no había aceptado que el kirchnerismo colara esos temas. Por esa y otras razones, el bloque de Germán Martínez terminó boicoteando el encuentro. ¿Lograrán saldar ahora esas diferencias? Otro de los interrogantes que se abren.
Por si fuera poco, el próximo sábado 19 de julio cierran las listas de candidatos en provincia de Buenos Aires, lo que arroja serias dudas sobre la disponibilidad de diputados para una eventual sesión la semana próxima. Sobre todo en el peronismo, que acaba de armar una alianza llamada “Fuerza Patria” tras un acuerdo entre Axel Kicillof, Sergio Massa y Máximo Kirchner. El aporte de Unión por la Patria es clave para el quórum.
“Hay plata”
El diputado Nicolás Massot salió al cruce del Gobierno y aseguró que la mejora de ingresos jubilatorios aprobada en el Senado enumera siete fuentes de financiamiento, como la eliminación de la exención del IVA para directivos de empresas y el redireccionamiento del presupuesto extraordinario para la Side (Secretaría de Inteligencia). Estas propuestas fueron tomadas del dictamen que encabezó el legislador de Encuentro Federal.
“El Gobierno miente. No hay un intento de complicar la gobernabilidad ni de comprometer el equilibrio fiscal. Nada de esos eslóganes que se repiten de manera irreflexiva e irresponsable”, retrucó Massot.
Y amplió: “Esto se financia con lo que el Gobierno se ahorra por la terminación de la moratoria. Y está basado en un presupuesto ejecutado de 2024 que ya fue superavitario. El argumento de que no hay más plata empieza a perder valor. Y la discusión es para qué hay plata y para qué no hay plata. Disponer eso le corresponde al Congreso, no a un grupo de ministros que lo firmen por Decreto de Necesidad y Urgencia”.
“Lo mismo con la actualización del bono. No es caprichosa, ni siquiera toma la inflación de los 17 meses que el bono lleva congelado, sino que toma la inflación de los últimos 10 meses. Sí, fue algo arbitrario, pero en conjunto, con el aumento general del 7,2% que se le adeuda a los jubilados desde enero del año pasado, provee una recomposición razonable y absolutamente financiable”, sostuvo el diputado.