El exsecretario de Niñez, Adolescencia y Familia de la Nación, Pablo de la Torre, contestó a las denuncias en su contra por la demoras en la entrega de alimentos y la denuncia penal que radicó el propio Gobierno por irregularidades en su gestión, que terminó dejándolo afuera de la gestión de Javier Milei.
“Tengo la conciencia y las manos limpias. Me enorgullece haber dado junto a la ministra Petovello la batalla contra los gerentes de la pobreza”, sostuvo el médico pediatra, expulsado del gabinete nacional en medio del escándalo de las toneladas de alimentos sin entregar en los depósitos del Estado y que estaban a punto de vencer.
Tras ser despedido de Capital Humano, Pablo de la Torre se defendió ante las denuncias
El dirigente del municipio bonaerense de San Miguel desligó a la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, de las acusaciones en su contra y apuntó contra otros funcionarios del gabinete nacional.
“No me voy a dejar amedrentar por los Kirchneristas infiltrados en el gobierno. Muerto antes que sucio”, remató De la Torre en su mensaje.
De la Torre quedó en el ojo de la tormenta junto a Sandra Pettovello por los retrasos en la entrega de los alimentos retenidos de manera indebida en galpones dependientes del Ministerio de Capital Humano. Sin embargo, lo que terminó de eyectarlo de su puesto fue una investigación interna en la cartera ministerial por sospechas en torno al sistema de contrataciones de personal en el área a su cargo.
El posteo de Pablo de la Torre en su cuenta de X
La auditoría arrojó la presunta existencia de un sistema de recaudación política ilegal montado en torno a contratos firmados con la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI). Esta ONG internacional tiene convenios marco de cooperación vigentes con el gobierno argentino que vienen de gestiones anteriores para asesoramiento y servicios.
La OEI recibió este año cerca de mil millones de pesos por acuerdos firmados por el propio De la Torre y éste a su vez habría entregado al menos 100 nombres para hacerlos figurar como contratados. En ese marco, el Gobierno impulsó una denuncia penal y realizó una presentación ante la Oficina Anticorrupción (OA).
La Justicia tendrá que investigar cuántos de ese centenar eran contratos reales, si hubo identidades fraguadas y si, del monto que figuraba en esos contratos, había una retención compulsiva, un peaje o un “aporte voluntario” del contratado.
El ovillo que determinó la salida de De la Torre empezó con una revelación periodística que señaló a Federico Fernández, director administrativo de la Secretaría, como un arrepentido del esquema.
La investigación se produjo mientras crecía la polémica por la entrega de alimentos que el ministerio de Capital Humano tenía acopiados, y debían ser destinados a sectores populares. La polémica ya había escalado más de lo que se esperaba, y el Gobierno intentó minimizarla y bajarle el tono.
Desde el entorno de De la Torre sostienen que la ministra estaba al tanto y avaló la operatoria de contratación de empleados del Ministerio a través de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI). Era una práctica legal, aunque despierta sospechas porque podría avalar sobresueldo a funcionarios y empleados del área.
Más allá de los contratos con la OEI, desde Capital Humano le adjudican cierta impericia al funcionario echado en el manejo de los alimentos y el control del stock. Y sostienen que sería el culpable de no haber controlado los vencimientos de la comida que se almacenaba en los galpones de Villa Martelli y la provincia de Tucumán.
