Los últimos días de la campaña de medio término más atípica en lo que va del siglo se definen en Córdoba entre dos modelos de gestión: el del peronismo cordobés y el del ajuste libertario. Ambos se dicen superavitarios, uno con el Estado presente y el otro reiterando que la vida de los argentinos sería mejor con el Estado ausente.
La novedad política de las últimas dos semanas es el rescate del Tesoro de Estados Unidos frente a la corrida cambiaria que amenazaba al Gobierno de Javier Milei y la condicionada promesa de U$S 40 mil millones que Donald Trump y un grupo de bancos estadounidenses ponen el horizonte. El propio presidente de Estados Unidos se encargó de reiterar que su “generosidad” dependerá de la cantidad de votos que saque Milei.
Lo cierto es que los dólares que vende el Tesoro de Estados Unidos son los que le permitieron a Milei salir del atolladero al que lo llevó el escándalo de José Luis Espert y llegar hasta acá. Faltan cinco jornadas muy complicadas en los mercados y suben las apuestas respecto de cuál será el esquema cambiario tras las elecciones, pero las cotidianas intervenciones de Scott Bessent son un respaldo invaluable para el Gobierno libertario. Además de ser el único respaldo que sumó Milei desde que asumió: fueron 22 meses en los que se ocupó de perder aliados de modo sistemático. Eso se sentirá en el resultado cordobés.
La otra novedad política de la elección había ocurrido a principios de agosto, cuando cinco gobernadores –ahora son seis– lanzaron Provincias Unidas. Córdoba es el epicentro de ese experimento que fue exportado a Santa Fe, Jujuy, Corrientes, Chubut y Santa Cruz. Juan Schiaretti no solo es el principal referente de esa construcción que la gestión de Martín Llaryora tomó como bandera, sino que además es el político con mejor imagen en Córdoba y es el principal candidato de la elección mediterránea.
Hay una variedad casi infinita de encuestas. No hay ninguna que no indique que la elección se definirá entre la lista que encabeza Schiaretti con el suculento respaldo del Gobierno de Córdoba y la que encabeza Gonzalo Roca, con abundante impulso del Gobierno nacional. Mañana vendrá a respaldarlo la ministra Patricia Bullrich y pasado mañana Milei vendrá por segunda vez. Inició su campaña en Córdoba y la cerrará en Rosario, donde los libertarios hoy observan un terreno más propicio para sumar votos.
La mayoría de las encuestas sostienen que la ventaja del peronismo cordobés es importante. Llamativamente, en el único lugar donde relativizan esos datos es en el Panal: algunos consideran que es una estrategia de Llaryora para que no se relajen los dirigentes del interior –donde el cordobesismo aspira a recuperar muchos de los votos que en 2023 se llevó Luis Juez– y otros aseguran que ni siquiera el schiarettismo confía ya en las encuestas, y que el voto se define esta semana.
Apuesta trascendente
Lo real es que la elección no solo es un desafío personal para el tres veces gobernador que compite con un perfecto desconocido como Roca; también compromete de modo determinante el liderazgo de Llaryora, que pone en la balanza la gestión provincial contra la gestión nacional. El actual gobernador asumió por entero la definición de la estrategia de campaña y con el resultado del domingo empezará a desandar el camino hacia su reelección.
Todos los gobernadores de Provincias Unidas intentarán lo mismo y es probable que uno de ellos sea candidato a presidente en 2027. Para el domingo que viene se trazaron un objetivo que nadie admite: el 10% del total de votos nacionales, incluyendo en la cuenta los que logren Florencio Randazzo en Buenos Aires y Martín Lousteau junto a Graciela Ocaña en Caba.
Hablan de un bloque de diputados que al menos tenga 20 integrantes, pero aspiran a llegar a 40 por la anexión de otros bloques más chicos. Además de un buen resultado en Córdoba, dan por seguro sendos triunfos en Corrientes y Jujuy. Santa Fe y Chubut son objetivos complejos, pese al rol protagónico de los gobernadores Ignacio Torres y Maximiliano Pullaro.
También confían en que después del 10 de diciembre varios gobernadores más se sumen a este armado que pretende relegar lo partidario, priorizar las gestiones provinciales y excluir a los dos extremos que hoy polarizan en la mayor parte del mapa: kirchneristas y libertarios.
El restaurado diálogo de Schiaretti con Mauricio Macri acorta distancias con el entrerriano Rogelio Frigerio y en Provincias Unidas también preparan una gran recepción para los dos radicales que faltan: el mendocino Alfredo Cornejo y el chaqueño Leandro Zdero, que van aliados a La Libertad Avanza en esta elección. Si algo de todo eso ocurriera, la alianza que tiene a Schiaretti como principal impulsor se parecería demasiado a Juntos por el Cambio en todo el país, menos en Córdoba.
La estrategia del peronismo cordobés está expuesta. La de la oposición provincial cada día parece más indefinida.
El senador Luis Juez, principal dirigente opositor, participa sin estridencias en la campaña de La Libertad Avanza, donde no se escucha una sola crítica al Gobierno de Córdoba. El radical Rodrigo de Loredo no participa de la campaña, no hizo un solo gesto en poyo de Ramón Mestre –que encabeza la lista de la Unión Cívica Radical–, mantiene largas negociaciones con el asesor Santiago Caputo y espera los resultados de la elección para definir si le interesa o no formar parte del Gobierno libertario.
Un tercio son muchos votos
Más allá del oficialismo provincial y del oficialismo nacional, hay otras 16 listas en la súper boleta que los cordobeses encontrarán el domingo próximo. Es probable que cerca de un tercio de los votos se repartan entre esas opciones: una verdadera dispersión cuya incidencia en término de bancas podría ser menor, a no ser que se imponga la confusión.
Hay seis listas que compiten en el mismo espectro ideológico que La Libertad Avanza. Dos se dicen libertarias y la que encabeza Agustín Spaccesi tiene el mismo color y lleva el sello del Partido Libertario.
También hay tres listas que le disputan el voto peronista a Schiaretti y Llaryora. La de Natalia de la Sota es la única que le preocupa al Panal: encuesta tras encuesta, ratifican un desempeño estable de la diputada, que tiene muchas chances de conservar su banca. Los votos que ella obtenga se restarán casi por igual a Provincias Unidas y a la que encabeza Pablo Carro. Esto puede ser excluyente para el kirchnerismo.
Las listas son muchas. La circunstancia es inédita y está claro que la pulseada entre el Gobierno provincial y el Gobierno nacional es intensa. Qué tipo de oposición a Milei será la de Provincias Unidas es algo mucho más difícil de determinar.