A la conmoción inicial por el fallido atentado contra Cristina Kirchner, sigue el análisis respecto de la reconfiguración política que provocará su nuevo ejercicio de la centralidad y los reacomodamientos internos en ambas coaliciones: la propia, el Frente de Todos, y la que combate electoralmente, Juntos por el Cambio.
Esta vuelta a la centralidad de la vicepresidenta se inició con su defensa política en la causa Vialidad: “Ella definió una defensa política, y eso tiene dos consecuencias: revisa el acuerdo que había con Sergio Massa y actúa como galvanizador del oficialismo, que se abroqueló”, dice el politólogo Federico Zapata (Escenarios Consultora).
Para Marina Llao (Consultora JWC), “sería injusto atribuirle a la tragedia la recuperación de la centralidad de Cristina Kirchner”. En ese sentido, coincide que es anterior, cuando “la estrategia judicial ya había implicado una movilización que no venía sucediendo y que le da al oficialismo una recuperación de su músculo político para hacer las transformaciones que no estaba pudiendo hacer”, dice respecto de las marchas que fueron convocadas en los días previos al ataque.
César Murúa (Icda-Universidad Católica) abre el paraguas sobre un punto no menor: “Es impredecible saber cómo va a reaccionar Cristina. No es algo escenográfico: le gatillaron en la frente. Es insondable lo emocional respecto de esta situación. ¿Cuáles son sus fuerzas para seguir adelante con algo que ha llegado a este punto: que alguien le gatille?”.
Para Zapata, aún no puede establecerse si esta neo centralidad de la vicepresidenta tendrá su correlato de candidatura, aunque sí electoral. Para él, el Frente de Todos gira “en clave de Unidad Ciudadana, con discursos más duros y la agenda judicial de Cristina en el centro, tal como lo ratificó el discurso de Alberto Fernández por cadena nacional, cuando responsabilizó a la Justicia, a los medios y a la oposición por el ataque”.
“Había dos alternativas: salir por arriba, con la convocatoria a la unidad nacional; o profundizar. Optaron por profundizar”, dice Zapata.
La agenda de Massa
En este contexto en el que el núcleo duro del kirchnerismo gana relevancia, Zapata entiende que “podría generar problemas para Sergio Massa en el mediano plazo”. El análisis es que ahora, lejos del foco, “podrá llevar desde la periferia la agenda del ajuste”, pero si Cristina Kirchner “quiera sostener la galvanización, va a necesitar cuestionar algunos aspectos del plan económico”.
Aunque comparte la oportunidad que la coyuntura la da al ministro de Economía, Llao tiene otra mirada en la resolución del conflicto: “La tragedia le da una tregua para iniciar un ajuste porque se generó un clima de incertidumbre en el cual la tendencia natural es ir hacia lo conocido, por lo que habrá mayor tolerancia al plan del FMI”, dice.
En ese punto, dice que “la incorporación de Massa y la conformación del equipo que armó son más acordes a un diagnóstico o lectura más ortodoxa desde lo económico, por lo que predomina un peronismo liberal”. Si los logros económicos llegan desde el peronismo neoliberal, habrá un Frente de Todos con un “mecanismo más aceitado de funcionamiento”.
Murúa apunta que “aunque Massa se corra del eje mediático, la clave es su relación con Máximo Kirchner”. “Lo que Massa necesita es apoyo político, y el único que tiene capacidad de darlo (o no dinamitarlo) es el kirchnerismo. Por eso, toman relevancia los gestos hacia el plan Massa, particularmente luego de que comiencen a impactar las nuevas tarifas o que una devaluación con inflación ralentice la actividad económica, que es lo que contiene el estallido”.
Para Llao, “el intento de magnicidio develó que la grieta deja de ser un elemento ordenador para ser un elemento de radicalización”. Agrega: “Las cosas venían bastante mal para el Gobierno como para usar el manual macrista y desplegar el aparato de ‘lawfare’ e intentar desgastar una figura política que nuclea, como es el caso de la vicepresidenta”.
Zapata entiende, en cambio, que “la relación entre el kirchnerismo y el resto de la sociedad está dañada y este atentado no parece revertirla”. Por es cauto respecto de trasladar la recuperación de la calle del Frente de Todos con un resultado electoral en 2023.
En cambio, Llao entiende que habrá votantes de Juntos por el Cambio que “se horrorizarán con la oposición” porque “no conciben apoyar a un espacio político que considera que el atentado se trató de un acto armado”.
Para Murúa, lo electoral dependerá de cómo se arme la oferta, cómo se reconfiguran las alianzas hacia principio del año que viene”. “Todos alimentan sus propias especulaciones, y cada uno busca regar su propio electorado, con la particularidad de que son electorados que todavía no están definidos”.
