El espejo de lo que han hecho otras universidades que sí acordaron con la AFI, como por ejemplo la Universidad Nacional del Centro, de la provincia de Buenos Aires, espantaron a algunos estamentos de la Casa de Trejo.
Ya en agosto último, desde esa universidad bonaerense se lanzó una convocatoria para cubrir unos 200 puestos profesionales en la AFI.
El llamado apuntó a perfiles bien definidos: médicos psiquiatras con especialidad en adicciones, técnicos informáticos con especialidad en bases de datos, sociólogos, psicólogos, economistas, administradores de empresas, politólogos o especialistas en relaciones internacionales, abogados, traductores, ingenieros y analistas de sistemas, además de gente de carreras afines a la seguridad y la defensa personal.
En este proceso, inducido luego de la enigmática muerte del fiscal Alberto Nisman y la notoriedad pública que cobró el espía Jaime Stiuso, se cuelan también las visiones enfrentadas entre el oficialismo y la oposición.
El Gobierno anuncia un replanteo integral y hasta habla de una "nueva doctrina de inteligencia nacional" tendiente a democratizar y transparentar al organismo dedicado a hacer inteligencia. Y ancla justamente en ese discurso la convocatoria a través de las universidades.
Desde sectores opositores, en cambio, se advierte sobre una posible "kirchnerización" de la AFI y se sospecha de la incorporación masiva de militantes afines, como ha ocurrido ya en otros estamentos del Estado.
En estas apreciaciones pendulares, se tamiza también el debate local respecto de si la UNC debe sumarse o no al llamado a aportar ideas para la nueva central de inteligencia.
Un proceso que no escapa a las divisiones políticas
La reconfiguración de la AFI también es motivo de disputa política e ideológica entre el kirchnerismo y la oposición.
9 de octubre de 2015,
