Dentro de dos semanas, en la noche del domingo 26 de octubre, las urnas darán su veredicto. Será el primer examen electoral que Javier Milei deberá afrontar como Presidente de la Nación. No se trata de una elección más: el país votará en medio de un clima político que se caldea al ritmo de los vaivenes de la gestión libertaria que, en las últimas tres agitadas semanas, logró concentrar todas las miradas en la Casa Rosada.
En ese escenario ya tenso, el caso José Luis Espert vino a dinamitar la estrategia electoral de La Libertad Avanza en la provincia de Buenos Aires, el corazón del padrón nacional. Tal es el nivel de improvisación -o crisis- que, a solo 14 días de los comicios, recién este sábado la Cámara Nacional Electoral confirmó que Diego Santilli será quien encabece la lista libertaria en el distrito más decisivo del país.
Pero los contratiempos no terminan ahí. La misma Cámara debe resolver ahora otro pedido de “urgencia” presentado por los libertarios: reimprimir 14 millones de boletas únicas de papel en Buenos Aires para reemplazar la foto de Espert por la de Santilli. Es una carrera contra el tiempo, con final incierto.
El reloj corre en contra del oficialismo. La Cámara Nacional le devolvió hoy el expediente a la Cámara Electoral bonaerense, pidiéndole que consulte a las demás fuerzas políticas. Y ahí empieza otro drama: todos los partidos del distrito anunciaron su oposición a la reimpresión. Además, ya casi no hay margen técnico ni logístico para producir 14 millones de boletas, una operación que costaría cerca de 11 millones de dólares.
En otras palabras, La Libertad Avanza deberá competir en la provincia clave del país (donde votarán más de 13 millones de personas) con una lista que lleva impresa la foto de un dirigente que ya no está en carrera. José Luis Espert, diputado nacional en uso de licencia, excandidato y amigo personal de Milei, terminó convertido en un “piantavotos”.
El golpe no es menor. Hay que recordar que, en las elecciones provinciales del 7 de septiembre, el espacio libertario perdió por 14 puntos frente al kirchnerismo (Fuerza Patria). Un antecedente preocupante para un Gobierno que llega herido a las urnas, arrastrando las consecuencias políticas del affaire Espert.
Comicios distritales
En estos comicios se renovarán 127 bancas en la Cámara de Diputados y 24 en el Senado, distribuidas en ocho provincias: Chaco, Entre Ríos, Neuquén, Río Negro, Salta, Santiago del Estero, Tierra del Fuego y Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Caba).
Aunque se trate de una elección esencialmente distrital, la realidad es otra. Los tropiezos del oficialismo, sumados al inesperado salvataje financiero de los Estados Unidos, nacionalizaron la campaña. La contienda se transformó en un plebiscito sobre Milei. La campaña en Córdoba es un ejemplo de esta realidad.
Y lo más curioso es que esto no fue fruto de una estrategia del oficialismo para convertir al Presidente en protagonista: fue consecuencia de un cúmulo de errores no forzados. En tres meses, el gobierno libertario cometió todos los desaciertos posibles, generando un desgaste en la imagen del disruptivo Milei, justo en un año electoral clave.
Con un poder político raquítico en el Congreso, los libertarios necesitan una victoria contundente para fortalecer su presencia parlamentaria. Las encuestas –muchas veces erráticas– ya no entusiasman como antes en la Rosada.
Todo indica que el oficialismo obtendrá bastante menos que los 90 diputados y 15 senadores con los que soñaba al arrancar el año, cuando Milei aún gozaba de una aprobación robusta.
Y en Córdoba... ¿cómo andamos?
A solo 11 días del cierre de la actividad preelectoral, en Córdoba reina una extraña apatía. Pocos recuerdan una campaña tan tibia y deslucida como la actual.
Los candidatos de La Libertad Avanza, respaldados por la Casa Rosada, se limitaron a resaltar la figura de Milei, ignorando al Gobierno provincial. Gonzalo Roca, el primer postulante libertario, evitó criticar al gobernador Martín Llaryora.
Aunque la moderación no es casual: responde a una orden directa del asesor presidencial Santiago Caputo. En una reunión celebrada en la quinta de Olivos, el pasado 18 de septiembre, antes de largar la campaña, el influyente Caputo fue tajante con todos los candidatos del país.
“No critiquen ni se peleen con los gobernadores. Casi todos tienen una alta imagen positiva. Y además, tendremos que negociar con ellos las reformas que necesitamos sacar el año próximo en el Congreso”, dijo poderoso asesor en comunicación del Presidente.
La instrucción fue acatada al pie de la letra. En Córdoba, los libertarios no se salieron del libreto. “Pedimos a los cordobeses que respalden nuestra lista porque el presidente Milei necesita legisladores para sacar leyes importantes”, explicó Roca, en diálogo con La Voz, al ser consultado sobre su mesura con el cordobesismo.
En la vereda de enfrente, Juan Schiaretti que lidera la alianza Provincias Unidas, busca posicionarse con criticas al modelo de Milei, abandonando la moderación que lo caracteriza.
El exgobernador no sólo recorre Córdoba, sino también otros distritos del país, posicionándose como la cara nacional del nuevo espacio. En las últimas semanas elevó el tono contra el Gobierno nacional.
“Este plan económico, que sólo mira la cuestión financiera, ya fracasó. El Presidente tiene que cambiar el rumbo de la gestión económica, apuntando a la producción”, reiteró el Schiaretti candidato, quien se mantuvo en silencio durante los primeros 15 meses de la gestión libertaria.
Por otro lado, la pulseada por bancas crece en intensidad en el resto de las fuerzas. Entre los que aspiran a un lugar en el Congreso, todos se esfuerzan por mostrar quién es el más opositor a Milei.
Natalia de la Sota, peronista y candidata por Defendamos Córdoba, tomó distancia del Centro Cívico y carga con dureza contra el Gobierno nacional, buscando captar al voto peronista desencantado.
Pablo Carro, referente kirchnerista por Fuerza Patria, no se queda atrás. Cuestiona a Milei con la misma intensidad que a De la Sota, a quien acusa de dividir al PJ para terminar pactando con Llaryora y Schiaretti. Según sus cálculos, ella estaría reteniendo una porción del voto K.
El radical Ramón Mestre, en tanto, recorre la provincia apelando a la memoria de tiempos mejores para su partido, con la meta de alcanzar el 9 % que le permitiría asegurarse una banca en la Cámara Baja.
El vecinalista Aurelio García Elorrio (Encuentro Republicano), también aspira a meterse en la pelea por una banca. Su estrategia apunta al votante de Juntos por el Cambio, desencantado de Milei. Aunque el exlegislador provincial debería duplicar los votos que sacó en las pasadas elecciones nacionales para aspirar a llegar al Congreso.
En un campaña que sólo es intensa en Buenos Aires, Milei polariza una elección legislativa que es fundamental para el futuro del Gobierno.
