Lejos de intentar un acercamiento, el presidente Javier Milei reiteró que promueve una universidad pública y no arancelada, pero confirmó que no se modificarán las partidas presupuestarias para el sector incluidas en el proyecto de ley para 2025 y trasladó la posibilidad de cambios al Congreso Nacional.
Al mismo tiempo, insistió en la necesidad de auditorías más profundas que las que se realizan actualmente y fustigó a los dirigentes que se oponen.
El conflicto universitario continúa su escalada con casas de altos estudios tomadas en todo el país y clases abiertas que se están realizando, incluso con cortes de calle.
En medio del conflicto, Milei habló en una entrevista televisiva en La Nación+ en la que ratificó su posición sin abrir ninguna posibilidad de diálogo desde el Poder Ejecutivo.
“La universidad va a seguir siendo pública y no arancelada eso está fuera de toda discusión”, enfatizó el presidente, pero de inmediato aclaró: “No es gratuita, alguien la paga y en este caso la pagan los que no van”, tras lo cual reclamó que se avancen en los procesos de control de gastos.
En ese marco reiteró que quienes no aprueban las auditorías “es porque están sucios”.
Milei intentó desligarse de la discusión presupuestaria al sostener que ahora el debate está en el Congreso Nacional y sostuvo que en caso que los legisladores crean conveniente aumentar los fondos para universidades tienen la facultad para hacerlo, pero reasignando partidas de otros sectores porque no se apartará de la regla de equilibrio presupuestario.
“Que determinen la composición del gasto que quieran, yo no me meto en eso”, subrayó acorralando a los legisladores.
El presidente se preocupó en mostrar fortaleza en su posición y dijo que “no está dispuesto a ceder”.
En ese sentido recordó la experiencia del ex presidente Raúl Alfonsín, quien cedió a presiones para aumentar el gasto público: “¿Y cómo terminó?”, se preguntó Milei…”Explotó todo por los aires”, remató.
El pedido de “reasignación” de partidas del presidente apunta principalmente a lo que se conoce como “gasto tributario” y a la famosa “separata”, que representa gastos por 5 puntos del PBI e incluyen principalmente exenciones para algunos sectores.
Allí se cruzan intereses de varias provincias, el más emblemático son los beneficios que recibe la provincia de Tierra del Fuego, y por lo tanto es una disputa política de muy compleja resolución. Un artilugio similar había intentado el ex ministro Sergio Massa, y tampoco logró el consenso necesario.
En su exposición dejó una frase polémica respecto a la evolución del presupuesto: “Yo pago los intereses de la deuda, con el resto hagan lo que quieran”.
El presupuesto 2025 contempla una partida de $ 3,8 billones para las universidades que equivale al 0,5% del PBI. El pedido de los rectores que componen el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) fue de $ 7,2 billones, que corresponde al 1% del PBI.
Uno de los puntos en discusión es una partida de $ 1,7 billones solicitada para recomposición salarial de los años 2023 y 2024.
Pero Milei se desligó de la responsabilidad por la caída de los años pasados: “Los tipos que no lo arreglaron me vienen a reclamar a mi lo que no se hizo en los últimos 40 años”, se quejó.
Del presupuesto asignado la mayor receptora seguirá siendo la Universidad de Buenos Aires (UBA) con $ 657.956 millones para sus 13 facultades, que representan el 17,3% del total. En segundo término, la Universidad Tecnológica Nacional recibirá $ 259.409 millones, siguen en relevancia la Universidad de La Plata, con $ 249.227 millones (6,7%) y Córdoba (UNC) con $ 243.045 millones (6,6%).
Otro de los puntos a discutir es qué sucede con el monto total a repartir en caso que la economía crezca más de 5% y por ende se generen recursos adicionales no presupuestados para el Estado Nacional.
Durante las últimas horas el conflicto en las universidades se agravó con tomas violentas que incluyeron una pelea entre militantes libertarios y participantes de una asamblea en la localidad bonaerense de Quilmes.
Allí se denunció que los partidarios de Milei quisieron ingresar por la fuerza a la asamblea arrojando gas pimienta.
La situación de tomas y clases abiertas se replica en las diferentes facultades nacionales de Córdoba.
