Leonardo Scatturice, el empresario vinculado al mundo de la inteligencia y propietario del jet Bombardier Global 5000 en el que viajó Laura Arrieta -cuyas valijas no fueron controladas por la Aduana- tiene contratos del Estado nacional.
Empresario con contratos
Scatturice, que hace semanas compró Fly Bondy y lleva invertidos casi 400 millones de dólares en la industria de la aviación en los últimos dos años, también está vinculado al piloto Juan Pablo Pinto, el extimonel de Alberto Fernández que fue demandado por la Administración de Aviación Civil (Anac).
El piloto declaró sorpresivamente ante el juez Martín Yadarola y argumentó que cinco de los diez “bultos” transportados en el Bombardier eran de su propiedad y que Arrieta sólo traía consigo una cartera Louis Vouitton y un carry on.
Según Clarín, fue Pinto quien hace dos años presentó a la joven, una exazafata de la compañía de charters aéreos Baires Fly, a Scatturice.
Ambos establecieron una relación estrecha y la joven fue incluida en cargos gerenciales tanto en las empresas -en OCP Tech y COC Global Enterprise- como en la CPAC.
Scatturice llegó a organizar la filial argentina de la Convención de Acción Conservadora por su amistad con Barry Bennet, uno de los principales estrategas políticos de Donald Trump.
La cuestión es que, más allá de su relación con la familia Colunga, el empresario compró dos aviones ejecutivos, un Embraer Legacy 600 y el mencionado Bombardier-on Global 5000. En paralelo, adquirió una compañía norteamericana, según fuentes consultadas, llamada Sur Jet y luego inscribió una sociedad llamada TVPX Aircraft Solutions, con sede en Miami, para poder hacer vuelos privados.
Finalmente, Colunga asumió en octubre pasado un cargo en el directorio de Aerolíneas Argentinas, en forma ad honorem. Es el hijo de Carlos Colunga, el histórico CEO de la empresa de taxis aéreos McAir, de la familia Macri, y él mismo también extitular de una empresa de taxis aéreos, Unicos Air, a la que hoy estaría vinculado con otra responsabilidad.
También estuvo trabajando en la empresa de chárters Royal Class, que en los ´90 supo ser propiedad del fallecido empresario Alfredo Yabrán.
Llegó a a la aerolínea de bandera por impulso del asesor presidencial Santiago Caputo y del propio Scatturice, de acuerdo con el medio porteño. Caputo conoció al empresario radicado en Miami por la familia Colunga pero también por algunos asesores de su exconsultora Move.
Las firmas del enigmático empresario, además, tienen vínculo con el Estado desde hace casi 10 años: tienen contratos con Educación y la Anses; está inscripto en el sistema Comprar desde el 19 de agosto de 2016.
Pero también, a través de la firma Tactic, una de las cincuenta empresas que están bajo su órbita, el 16 de junio pasado cerró un acuerdo de lobby con el Estado nacional para asistirlo “en la coordinación de reuniones entre oficiales de la Argentina y de los Estados Unidos para temas relacionados con el comercio y la inversión”.
El texto, subido por el Departamento de Justicia de Estados Unidos al sistema Fara (Foreign Agents Registration Act), consta de 16 páginas en las que se detalla la conformación de Tactic COC LLC y el convenio sellado con la Side, por un monto establecido en 10 mil dólares mensuales. El máximo organismo de inteligencia es dirigido por Sergio Neiffert, un delegado de Caputo.