El lunes 31 de marzo venció el congelamiento de las dietas de los senadores y, de no mediar algún cambio, a partir de mayo los legisladores pasarán a cobrar al menos $ 9 millones en bruto. Es porque las dietas volverán a estar atadas a los módulos, que son la unidad de valor que se negocia en la paritaria de los empleados legislativos.
Por ahora, no hay nada que indique que eso vaya a volver atrás.
El origen de la discusión se remonta a abril del año pasado, cuando oficialismo y oposición, por fuera de toda diferencia política, aprobaron en el recinto un nuevo sistema para calcular las dietas, basado en 2.500 módulos, más un adicional de 1.000 por gastos de representación y 500 extra por desarraigo.
A eso se le sumó una “dieta número 13” a modo de aguinaldo.
Con esa nueva conformación, la dieta escalaba a más de $7 millones en bruto.
Pero, ante la indignación pública, los senadores dieron marcha atrás y aprobaron un “desenganche” de la paritaria, por lo que las dietas quedaron congeladas.
Esa resolución venció a fin de año y Victoria Villarruel, máxima autoridad del Senado, se resistía a prorrogarla: buscaba que los senadores resolvieran el tema en la última sesión de 2024, en la que se expulsó al entrerriano Edgardo Kueider, pero los legisladores se negaron.
Por ende, apenas comenzó 2025, la vicepresidenta tuvo que avanzar por decreto ante la presión social y del propio presidente Javier Milei, que estaba en contra de los aumentos de las dietas y pedía imitar la “austeridad” del Poder Ejecutivo.
Todos los bloques políticos, a excepción de Unión por la Patria, pidieron prorrogar el congelamiento, aún contra su voluntad.
Distancia
Villarruel siempre buscó tomar distancia de la definición sobre las dietas, y esta vez no será la excepción. “Queremos que las dietas continúen congeladas este año. Seguramente Villarruel lo sugiera nuevamente en la próxima reunión de Labor Parlamentaria que haya”, afirmaron a La Voz en el entorno de la titular del Senado a mediados de mayo pasado.
Cerca de la vicepresidenta insistieron en que “en la sesión por Kueider intimó a los senadores a que solucionaran el tema de una vez por todas por todo este año, y no quisieron”, por lo que “ahora es un tema de ellos”.
La presión para que Villarruel tomara una decisión no sólo bajó entonces desde la Casa Rosada, sino también por parte de Luis Juez (PRO), que le pidió a la vice que no dudara en firmar la prórroga ante la falta de acuerdo entre los senadores.
En los últimos días, el cordobés le envió una nota en la que pide seguir con su dieta congelada todo este año.
En la misiva, Juez sostuvo que “no son momentos para discutir los salarios de la política, todo lo contrario, es precisamente la oportunidad indicada para acompañar el esfuerzo que hace el pueblo en conjunto”.
“Son momentos difíciles en los que la prudencia, la mesura y la austeridad deberían imperar como una conducta por todos adoptar”, señaló el cordobés. En Presidencia aclaran que la decisión no puede ser implementada de manera individual, y también recuerdan que “a mediados de mes se hacen las liquidaciones”.
Junto a Juez, el otro senador que se opone es el santacruceño José Carambia.
Cuánto es
Aunque casi todos prefieren el silencio, hubo algunos senadores que explicaron que el incremento es muy poco.
Según aseguran, con la actualización los senadores sólo recibirán una mejora de $300.000 de bolsillo.
Además aclaran que en mano reciben $ 5.431.297, ya que la dieta está en $ 4.916.982 y, con los descuentos, queda en $ 3.661.184 mientras que suma por gastos de representación es de $1.770.113.