“La hermana. El Jefe. La Soberana”. Tres categorías para mencionar a Karina Milei, la secretaria General de la Presidencia de la Nación. Los tres son parte de la portada del libro Karina (editorial Sudamericana) que escribió la periodista Victoria de Masi sobre una de las personas más poderosas del Gobierno nacional.
Sí, es la hermana de Javier Milei. Pero, advierte De Masi, es mucho más que una mujer en las sombras que le resuelven infinidad de cuestiones al Presidente. “No solo parte del ‘triángulo de hierro’, sino que es los oídos y los ojos de su hermano”, contó en Voz y voto.
–¿Quién es Karina Milei? Si tuviera que definirla a grandes rasgos, ¿cómo lo haría?
–Bueno, tuve que escribir un libro para responder a esa pregunta. Pero puedo dar algunas referencias, y quizás más de coyuntura. En principio, no solo es la hermana de Javier Milei y del Presidente de la Nación, sino que es una persona de su total confianza y su mano derecha. Además de ser ahora, autoproclamada, presidenta de La Libertad Avanza. Esa es su tercera misión, la que logró este año ya formando parte del Ejecutivo: el armado del partido a nivel nacional. Es no solo parte del “triángulo de hierro”, sino que es los oídos y los ojos de su hermano. Es una mujer, a mi entender, bastante subestimada por el entorno político del Presidente en el momento en el que arrancaba su candidatura, primero como diputado de la Nación y después, inmediatamente después, como candidato a presidente. Karina era vista como una asistente personal, y a mí me pareció que atrás de eso se estaba cocinando otra cosa. De hecho, hoy lo vemos. Está sentada a la derecha de su hermano en una Cadena nacional, al día siguiente se saca una foto con “Chiqui” Tapia, y luego está posando con Giorgia Meloni. Y así casi una noticia por día que la ponen en un rol de poder fundamental en esta pequeña estructura de gobierno.
–¿Considera que Karina puede ir absorbiendo todo lo que la rodea y luego intentar suceder a su hermano en una elección presidencial futura?
–Voy buscando respuestas a esa pregunta que se repite porque entiendo que nos cueste ver en Karina Milei a una persona preparada en términos de hacer política. Surge, a partir de la investigación que hice, que, sin ningún tipo de conocimiento de política, y mucho menos de economía, lo que sabe lo sabe de oír a su hermano. Karina Milei tiene una capacidad de adaptación fenomenal y está haciendo las veces “de”. Lo que vengo observando es que, junto a su hermano, tienen una especie de tenencia compartida de la gestión de gobierno. Entiendo que es algo muy nuevo en la arena política, porque Javier Milei, en 2020, era un panelista de televisión. Entiendo que cueste entender dónde está la brillantez de Karina. Creo que, por carácter transitivo, su hermano tiene un apoyo popular abrumador en su primer año de gestión y eso se traslada a la figura de Karina porque el Presidente la avala todo el tiempo. Si la pregunta es si está preparada para asumir el rol que está asumiendo, bueno... está preparada de una manera que nosotros no estamos acostumbrados a ver en un dirigente político. Por ejemplo, tiene muchas dificultades para hablar en público y es una persona que no conversa, por lo menos con los medios de comunicación. Sin embargo, Karina está en todo; y cuando digo que está en todo, es porque está tirando de las sogas para hacer funcionar la gestión pública. Así que su preparación no es la que tiene todo el mundo, pero evidentemente no lo hace mal. No le buscamos las cucardas que tienen otros referentes políticos, porque ella no las tiene. Tiene otras actitudes.
–Consultó muchas fuentes y habló con muchas personas que conocieron a Karina, pero casi todos le pedían que no los mencionara. ¿Por qué?
–Las personas que formaron parte de la vida privada o social de los Milei en la infancia y en la adolescencia cada vez que hicieron una intervención pública, o un posteo en Facebook, por ejemplo, sobre alguna característica de los hermanos recibían mensajes privados bastante desagradables. Cuando empecé a hacer una lista de fuentes posibles e iba contactando a esas personas, me encontraba con que había un doble miedo. En principio, a recibir este tipo de mensajes que rozaban lo amenazante; y por otro lado, porque Karina Milei implementó un sistema de obediencia, que roza la obsecuencia. Generan mucho miedo, mucho respeto y mucha lealtad. A veces, dos cosas de esas tres combinadas. Hay un dato: es una gestión récord en “invitar a irse” o despedir funcionarios; por lo tanto, tuve que hacer una serie de acuerdos con las fuentes, y conseguir testimonios en off me parecía relevante para este trabajo. Tuve que hacerlo. Por otro lado, me interesa, y me interesaba especialmente en este libro, contarles a los lectores cómo es el back de nuestro trabajo. Quizá se piensa que es muy accesible cualquier fuente, pero en realidad es muy habitual encontrarte con personas que solo te hablan si respetás un acuerdo de confidencialidad. Y, además, eso pintaba a mi personaje. Si la gente no quiere hablar ni para contar algo lindo, más que de la fuente eso habla del personaje. Me parecía interesante escribirlo para que el lector supiera de quién estamos hablando.
–¿Cómo son las relaciones entre Karina Milei y Santiago Caputo, por un lado, y con Victoria Villarruel, por el otro?
–Empiezo por Caputo. Junto con Karina Milei, Santiago y el Presidente forman el “triángulo de hierro” ¿Qué los une? La convicción. Santiago Caputo y Karina son las únicas dos personas que en 2021 estaban seguras de que Javier Milei lograría llegar a la Casa Rosada ¿Por qué lo creían? Caputo, porque empezaba a leer en los focus group y en la calle que Milei conectaba con una demanda de la gente, no solo en cuestiones económicas, sino que generaba un efecto en las personas. Me refiero a emociones. Y eso fue algo muy laburado, sobre todo en la campaña presidencial del año pasado. Después, porque Javier Milei es una de las personas que destaca públicamente, y Santiago Caputo fue construyendo su propio mito. Esto de permanecer en el anonimato y ser como el arquitecto, pero desde la oscuridad. Lo cierto es que los dos tenían una fe sólida en que Javier Milei iba a llegar a la presidencia. Pero, además, Santiago Caputo demostró que tiene un muy buen manejo de instalación de temas en la conversación pública, y ha tejido una red de militantes digitales libertarios que manejan esa conversación. Y sobre la vicepresidenta, la relación entre Karina y Villarruel siempre estuvo interferida. A Karina nunca le cerró que Villarruel fuera compañera de fórmula de su hermano. Esto data de la campaña a diputado de 2021. Lo que pasa es que Javier aprecia a su vicepresidenta. Pero, Karina cree que Victoria Villarruel siempre estuvo al lado de su hermano para hacer juego propio y que su ambición es ser presidenta. Con lo cual, más que una compañera de fórmula es competencia. Ya para el 10 de diciembre, el día de la asunción, esa relación estaba rota.
–¿El libro podría haberse llamado “hablalo con Karina”? Usted cuenta que el Presidente deriva muchas cosas en su hermana.
–Sí, pero no es de ahora. Diría que, a partir de 2016, cuando Javier Milei se instala como un personaje mediático. Cualquier productor de televisión, de radio o un medio de comunicación, si le mandaba un mensaje a Javier, la respuesta era: “Hablalo con Karina”. Eso sucede ahora también. Lo que pasa es que ahora el que recibe esa respuesta es un funcionario público, quizás alguien del Gabinete de primera línea. Al menos, este este primer perfil periodístico no sé si hubiese querido que se llame así. Quizá podría haber sido el nombre de un capítulo.
–Se habla mucho de la intuición de Karina Milei, que es perceptiva de la energía de la gente y que a esas sensaciones les hace caso para tomar decisiones. ¿Es así?
–Sí, hay muchas fuentes que refieren esto.”Ella te ve y sabe”, “Ella es una persona muy intuitiva, muy perceptiva”... Son dos hermanos muy conectados también con la cuestión espiritual, la clarividencia, la adivinación. Lo que me pasó es que no pude comprobar que Karina tome decisiones que impacten sobre la dinámica del Estado a partir de la lectura del tarot. Ella lee el tarot, hace meditaciones muy complejas, regala piedras protectoras de energía, abre registros akáshicos, hace constelación familiar. Son todas prácticas bastante populares y que ya no me atrevería decir que son pseudociencias. Te las ofrece Instagram todo el tiempo y conozco muchas personas que no están dedicadas ni a la función pública ni a la política que recurren a esas prácticas. Quizá porque el sistema no les ofrece las respuestas inmediatas que están buscando. Así que la respuesta es sí. Karina Milei es una persona muy intuitiva y que tiene mucho registro de lo que le pasa físicamente cuando conoce a alguien.
