Los dumplings se ganaron el corazón del mundo gastronómico, pasando de ser una tradicional comida china a convertirse en un bocado irresistible en cualquier mesa. Son, ni más ni menos, pequeñas piezas similares a las empanadas, pero con un inconfundible toque asiático.
Pertenecen al universo del dim sum, que se trata de una constelación de bocados pensados para compartir, charlar y disfrutar sin apuros, a menudo acompañados de té caliente. Si querés incursionar en esta delicia en tu propia casa, te traemos los secretos fundamentales y la receta para que te salgan perfectos.
Los mejores tips y trucos de cocina para dumplings caseros y perfectos
Hacer la masa para dumplings es sencillo, pero tiene dos trucos esenciales. El primero es usar agua muy caliente, preferentemente recién hervida, al mezclarla con la harina de trigo. Agregá el agua poco a poco a la harina y sal. El segundo truco es no ser vago: hay que amasar bien por al menos dos o tres minutos (¡de reloj!) hasta conseguir una masa realmente elástica y homogénea. Una vez amasada, hacé una bolita grande y dejala reposar por una hora o dos, o un mínimo de 30 minutos, cubierta con papel film o el mismo bowl.
Para el armado, podés dividir la masa en unos 20 bolitas (del tamaño de un ñoqui) y estirar cada uno hasta que quede bien plano y circular, de unos 3 mm de espesor, usando harina si es necesario.
Los rellenos de los dumplings admiten una gran variedad de carnes, mariscos o verduras. Si buscás opciones vegetarianas, un truco importante es usar vegetales con mucho sabor, como la zanahoria, o ingredientes como el tofu, setas shiitake, jengibre y miso. Incluso, al rehidratar los shiitake, podés aprovechar ese caldo para darle más sabor a la masa si la hacés desde cero.
Es fundamental sellar bien los bordes de la empanadilla con un poco de agua para evitar que se abran durante la cocción. La forma más fácil de cerrar es doblar al medio y presionar los bordes, como una empanada común.
Aunque los dumplings se pueden cocinar al horno, fritos o hervidos, la cocción preferente es al vapor en una vaporera de bambú durante unos 15 o 20 minutos.
Si querés ese toque crujiente en la base, agregá un poquito de aceite neutro a una sartén antiadherente caliente y doralos ligeramente a fuego medio.
Los dumplings se sirven a menudo con una salsa de acompañamiento o, lo más tradicional en China, con vinagre negro. Una salsa sencilla se prepara mezclando salsa de soja, vinagre de arroz (o limón si no tenés), aceite de sésamo y una pizca de jengibre rallado, ajustando el dulzor con un poco de miel o azúcar. ¡Listo! A disfrutar de esta joyita de la gastronomía asiática en la comodidad de tu casa.
