Fue a partir de los primeros años del siglo 21 cuando en nuestro país se comenzó a explotar el enoturismo, a partir de experiencias que llevaban décadas perfeccionándose en países como Francia, España e Italia. Inicialmente, la cosa se trababa de abrir a los visitantes la trastienda de las bodegas y los viñedos, con el complemento de propuestas gastronómicas in situ para degustar los vinos del lugar y maridarlos con distintas delicias.
Luego llegó el momento de la arquitectura: sumar volumen a las experiencias a través del diseño de las bodegas, bajo el influjo de ejemplos exitosos a nivel global, como el increíble edificio que Frank O. Ghery (el genio detrás del museo Guggenheim, de Bilbao) ideó para la bodega española Marqués de Riscal.
En esta misma senda, llegó finalmente el arte, que completa la santísima trinidad del enoturismo contemporáneo: placeres culinarios, arquitectura y cultura. En la Argentina, uno de los primeros hitos lo marcó la bodega Salentein, que en 2006 inauguró en el mendocino Valle de Uco el espacio Killka, donde se exhibe una impresionante selección de obras de grandes figuras del arte argentino moderno.
La dimensión artística de Killka está a la altura de cualquier gran espacio de arte del país, al igual que el Museo de la Luz, que apenas unos años más tarde (2009) inauguró la salteña bodega Colomé, dedicado a la obra del legendario James Turrell.
Desde entonces, a estos dos espacios señeros se les fueron sumando otros en todo el país y que buscan enriquecer las visitas con propuestas culturales de alto vuelo. Mientras que, por su parte, el boom de la arquitectura del vino no ha dejado de expandirse, con iniciativas que han obtenido los más prestigiosos galardones nacionales e internacionales, como la fabulosa bodega Zuccardi, también en Valle de Uco.
1. Maal: cuando ecología y diseño van de la mano
Ubicada en el Pasaje De La Reta, corazón del distrito Las Compuertas, Mendoza, la bodega MAAL sorprende con una propuesta disruptiva. Rodeada de viñedos históricos, vecinos de prestigiosas bodegas y con el marco imponente de la Cordillera de los Andes de fondo, asoma la bodega MAAL, que contrasta con lo naturalmente tradicional del entorno.
Una arquitectura moderna y limpia, pero sostenida íntegramente en el uso de materiales reciclados, refleja claramente la intención de la bodega de mostrarse diferente. En el reciente Best Of Mendoza’s Wine Tourism 2023, el concurso que distingue a la excelencia e innovación en turismo del vino, Maal Wines se alzó con la medalla de bronce en la categoría Arquitectura y Paisajes. Sin dudas, un lugar especial para visitar en la ruta del vino mendocina.
2. Lo nuevo de La Casona, elegida la mejor galería del vino en 2022
La Casona, la galería de arte de Bodega Los Toneles, que obtuvo el Oro en la categoría Arte y Cultura-Best of 2022, es siempre una buena opción para disfrutar del arte, el vino y la buena gastronomía muy cerquita de la ciudad de Mendoza. Hasta diciembre se puede ver allí una exposición de la artista Laura Rudman, titulada “Jardínes Secretos”.
Tanto para los mendocinos como para visitantes del país y del exterior, desde 2019 La Casona es una referencia de la relación entre artes y cultura del vino. Situada en Bodega Los Toneles, de Familia Millán, es una hermosa casona antigua y restaurada (Patrimonio Cultural de la provincia de Mendoza). Se integra en la visita el magnífico predio de la bodega, ubicado en Guaymallén.
3. Colomé, la salteña que atrae a visitantes de todo el mundo
Situada en un hermoso rincón de los salteños Valles Calchaquíes, la Bodega Colomé es famosa a nivel global por su Museo de la Luz, dedicado a la obra de James Turrell, uno de los artistas estadounidenses más importantes de la segunda mitad del Siglo 20. Una visita que fusiona arte, naturaleza y alta gastronomía.
Impulsada por la visión de su fundador, el vinicultor y coleccionista de arte Donald Hess, la Bodega Colomé alberga el único museo del mundo dedicado exclusivamente a la obra del célebre artista californiano James Turrell, ícono del arte estadounidense de posguerra. En el interior del museo, los visitantes pueden explorar 5.490 metros cuadrados de espacio de exposición, divididos en nueve cámaras construidas según las especificaciones del propio Turrell.
En conjunto, las obras ofrecen una ventana a su visión artística, en el marco de una bodega con dos récords: es la más antigua del país (1830) y tiene los viñedos a mayor altura del mundo.
4. Arte moderno de altísimos vuelos en la pionera Killka
El espacio de arte de la Bodega Salentein, en Valle de Uco, marcó la huella que luego transitarían muchas bodegas de todo el país. Además de organizar muy buenas muestras temporales, tiene una magnífica colección de arte contemporáneo argentino y holandés de los siglos XIX y 20. Más restó y hotel. En 2006, cuando el vínculo entre arte y cultura del vino estaba aún en pañales, la Bodega Salentein inauguró la Galería Killka, un espacio destinado a la exposición y la venta de obras de reconocidos artistas locales, nacionales e internacionales.
Es un must de cualquier paseo por Valle de Uco (con tremendo restaurante y posada). Honrando el origen holandés de Salentein, la galería combina obras de grandes artistas neerlandeses con grandes maestros del arte contemporáneo argentino, como Carlos Alonso, Nicolás García Uriburu, Rómulo Macció, Josefina Robirosa, Antonio Seguí, Luis Benedit, Blas Castagna, Rogelio Polesello, Carlos Gorriarena, Marcia Schvartz, entre otros. Un verdadero festín para los amantes del arte.
5. Vinorum, una joya de 1930 que se proyecta al arte
Considerada como una de las más hermosas bodegas boutique de la Argentina, la bodega Vinorum fue levantada en 1930 y su puesta en valor ha recibido numeroso premios de arquitectura a nivel nacional e internacional. Situada en Pedriel (Luján de Cuyo), alberga un museo del vino y acaba de inaugurar un espacio de arte.
La familia Altieri inauguró hace un par de semanas un espacio de arte en su Bodega Vinorum, con una muestra pictórica de la artista plástica Gilda Miralles.
La muestra está compuesta por 22 obras abstractas que demuestran el gran talento y la creatividad de esta artista mendocina. Las obras insinúan formas y dejan volar la imaginación del espectador. El impacto visual y emocional llevan el pensamiento a tiempos lejanos. De esta manera, Bodega Vinorum es un espacio cultural donde conviven el vino, la historia y el arte en un ambiente único.