“Susana de los ojos negros”, “Ojo de pavo”, “Ojo de poeta”, “Ojo de venus” u “Ojo de canario” son algunos de los nombres vulgares –como le decimos en el barrio– de esta noble enredadera llamada científicamente Thunbergia alata. Si vamos al vivero a comprarla, debemos mencionarla de esta última manera, ya que así tendremos la certeza de que adquirimos la correcta.
Esta noble enredadera originaria de África fue utilizada durante muchísimo tiempo como planta de interior por su propensión a helarse, pero con los años se ha adaptado a los fríos del centro y el norte de la Argentina.
Hoy es común verla cubriendo muros, verjas, celosías, en patios internos y en macetas en balcones con excelentes resultados.
Además de que es muy fácil de manejar, se reproduce por semillas y florece durante un largo período, desde la primavera hasta el otoño siguiente, ofrendándonos bellísimas flores amarillas, blancas o anaranjadas con el centro negro, lo que le confiere precisamente esos nombres populares cautivantes que aluden a los “ojos negros”.
Esta preciosa planta posee múltiples propiedades medicinales: la medicina tradicional emplea el té de esta planta para tratar inflamaciones de úlceras gástricas y su infusión se usa para lavar heridas.
Les recomiendo especialmente tener en casa una “Susana de los ojos negros”, pues es una de las enredaderas más bonitas para cualquier jardín que no reciba heladas fuertes.
Tips por regiones
- Norte: ¡Afiladooor! Mandá a afilar ahora las cuchillas de la cortadora de césped, que en estos días comenzará el calor, y si los cortes que provoca no son netos, deshilachará las puntitas de las hojas cortadas, afeando el aspecto general del jardín.
- Centro: Bonitas. Si no lo hiciste aún, es momento de sembrar las semillas de tagetes bonitas, que perdurarán desde comienzos de primavera hasta finales de otoño con hermosas flores amarillas o anaranjadas. Además, si aprendemos a extraerlas, tendremos gran cantidad de semillas para sembrar el año próximo.
- Patagonia: Cerezos. Comenzá a podar ahora los cerezos, que en un mes se producirá su exquisita floración y ya será tarde para esta tarea. Procurá cortar solo las ramas que tengan tendencia a rozarse entre sí (pueden propiciar contagio de enfermedades) o aquellas de crecimiento muy vertical, ya que no producen buena fruta. Recordá limpiar antes las tijeras con agua mezclada con un chorro chico de hipoclorito.
* Especialista en jardinería orgánica de revista Rumbos. Contenido exclusivo. Se reproduce aquí con autorización.
