Existe una fruta, de forma acorazonada y piel verde escamosa, que es una verdadera joya nutricional. Su sabor, descrito como una mezcla entre ananá, mango y frutilla, la convierte en una opción deliciosa para postres, licuados y ensaladas.
Sin embargo, sus beneficios van mucho más allá de su sabor.
Un superalimento con raíces andinas: la chirimoya
La chirimoya (Annona cherimola) es originaria de los Andes peruanos y ecuatorianos. Los españoles la llamaron “manjar blanco” al llegar a América, y aunque es una fruta tropical, crece en lugares elevados, generalmente fríos.
Hoy en día, España es el mayor productor mundial, aunque su consumo no es tan habitual como otras frutas.
Cuáles son los beneficios que aporta la chirimoya para la salud
La chirimoya es un tesoro de nutrientes y compuestos bioactivos que aportan múltiples beneficios para la salud.
Gracias a su alto contenido de fibra, la chirimoya aumenta el volumen de las heces y facilita su eliminación. Sus compuestos antioxidantes, como las vitaminas A y C, los flavonoides y los taninos, protegen la piel y previenen enfermedades crónicas.
Ayuda a disminuir el colesterol “malo” (LDL) y reduce el riesgo de enfermedades cardíacas como la aterosclerosis, infartos y ACV. Su contenido de fibra y compuestos bioactivos, como cumarinas, ácido vanílico y kaempferol, contribuyen a regular los niveles de azúcar en sangre y mejorar la sensibilidad a la insulina.
Las acetogeninas presentes en la chirimoya tienen propiedades antiinflamatorias, antioxidantes y antitumorales, que favorecen la muerte de células cancerígenas. Estudios han demostrado su actividad en células mamarias, pancreáticas, de la próstata y del colon.
Sus antioxidantes y la vitamina B6 ayudan a prevenir enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y la demencia. Además, el magnesio y los alcaloides presentes en la chirimoya pueden tener un efecto antidepresivo, mejorando el humor y la motivación.
Las vitaminas A, C y del complejo B presentes en la chirimoya aumentan las defensas del organismo y combaten infecciones. A su vez, el potasio, el magnesio y la vitamina C presentes en la chirimoya favorecen la relajación de los vasos sanguíneos y la eliminación de sodio a través de la orina.
Dónde encontrarla en Argentina y cómo consumirla
Aunque la chirimoya no es una fruta común en Argentina, es posible encontrarla en algunos mercados y verdulerías especializadas, sobre todo durante su temporada.
La chirimoya se puede consumir de diversas formas:
- Cruda: simplemente cortar por la mitad y comer su pulpa con una cuchara.
- En jugos y licuados: combinar su pulpa con otras frutas y verduras para obtener una bebida refrescante y nutritiva.
- En postres: usar en helados, mermeladas y otras preparaciones dulces.
La cantidad recomendada es de 2 a 3 porciones de fruta al día.
Es importante tener en cuenta que las semillas y la piel de la chirimoya contienen annonacina, un compuesto que puede ser neurotóxico. Por lo tanto, se recomienda evitar su consumo: pelar la futa y sacarle las semillas.