Desde la ciencia confirmaron una vez más el poder del ejercicio físico, pero esta vez con un enfoque en la salud cerebral. Investigadores de la Universidad Rutgers-New Brunswick descubrieron que realizar ejercicio físico activa las células del cerebro especializadas en la respuesta a la insulina, un hallazgo que podría revolucionar la forma en que abordamos la prevención de la demencia.
El estudio, publicado en la prestigiosa revista ‘Aging Cell’, se centró en el análisis de las vesículas extracelulares neuronales, encargadas de transportar proteínas implicadas en la sensibilidad a la insulina, incluyendo la ‘Akt’.
La sensibilidad a la insulina es crucial, ya que una baja sensibilidad, como en pacientes con diabetes, puede tener efectos negativos en la cognición.
Cómo se llevó a cabo el estudio
Los científicos estudiaron estas vesículas en 21 voluntarios con una edad promedio de 60 años y prediabetes.
Los participantes realizaron doce sesiones de ejercicio de 60 minutos cada una, supervisadas y repartidas en dos semanas, con una intensidad moderada o alta.
Ingirieron una bebida con glucosa antes y después del entrenamiento, y se recogieron muestras de sangre antes y durante la ingesta de la bebida, al inicio y al final del entrenamiento.
Los resultados fueron reveladores: el número de vesículas neuronales que transportan proteínas implicadas en la sensibilidad a la insulina aumentó después de cada entrenamiento, siendo la Akt la más notable.
Implicaciones del estudio
Este estudio muestra por primera vez que el ejercicio afecta la señalización de insulina de las vesículas extracelulares neuronales en relación con las mejoras clínicas del azúcar en sangre. El ejercicio es potencialmente capaz de mejorar la capacidad del cerebro para responder a la insulina para la función neuronal.
Las personas con prediabetes corren el riesgo de tener niveles insuficientes de insulina en sus cuerpos, especialmente en el cerebro, lo que aumenta las posibilidades de desarrollar enfermedades de demencia como el Alzheimer.
La insulina también desempeña un papel crucial en la formación de la memoria, la evocación, la velocidad de procesamiento y el funcionamiento de las sinapsis, estructuras que permiten que las células cerebrales se comuniquen entre sí.
Los investigadores planean examinar si una única sesión de ejercicio puede mejorar la capacidad de la insulina intranasal para apoyar la salud cognitiva en adultos mayores con obesidad, midiendo el flujo sanguíneo cerebral y las vesículas extracelulares neuronales.
Además, realizarán un estudio de entrenamiento físico a largo plazo que evalúe las mejoras de la sensibilidad a la insulina cerebral en relación con la cognición en adultos mayores.
Recomendaciones
Además de este reciente estudio, la Sociedad de Alzheimer recomienda que la actividad física regular es una de las mejores cosas que puedes hacer para reducir el riesgo de desarrollar demencia.
Se demostró que pasar de ser inactivo a hacer algo de ejercicio tiene el mayor impacto. Mantener la actividad física durante la mediana edad también parece tener el mejor efecto en la reducción del riesgo de demencia.
Se recomienda realizar actividad aeróbica (actividad que aumenta el ritmo cardíaco) realizada durante 20 a 30 minutos a la vez. El ejercicio físico no significa sólo practicar un deporte o correr, también puede significar una actividad diaria como caminar a paso ligero, limpiar o hacer jardinería.