La presencia de tapiocas como las que se registraron en los últimos días en la Costa Argentina es un fenómeno natural y muy frecuente, y en el país no existen especies que sean mortales ni mucho menos.
La tapioca es una medusa de no más de un centímetro, que está presente todo el año en la Costa Atlántica pero mucho más en verano. A veces, cuando la temperatura aumenta, hay mayor cantidad de alimento, lo que hace que se reproduzcan muy rápidamente.
Este fenómeno, combinado con ciertas corrientes y viento, hace que se acumulen. Y si eso coincide con el turismo, sucede lo que está pasando en las costas.
Este tipo de medusa, la Liriope Tetraphylla, tiene una toxina muy suave que no se siente en gran parte del cuerpo humano, pero que sí produce irritación y ardor en las partes sensibles y mucosas, especialmente si se meten dentro del traje de baño.
No se trata de un tiburón asesino, ni algo que impida meterse en el mar. Es un fenómeno muy frecuente y sólo en casos muy excepcionales por alergias puntuales a las medusas pueden causar alguna reacción.
Argentina no es un país con problemas de medusas para el turismo, como sí sucede por ejemplo en Australia, donde existen políticas públicas para prevenir.
El mejor antídoto ante un ataque de este tipo de medusas es remover con un chorro fuerte de agua los restos de los filamentos que liberan la toxina, un chorro de vinagre, ácido acético, o simplemente cambiarse la malla.
Cómo aliviar las molestias causadas por las picaduras de tapiocas
En el caso de sufrir una picadura de una tapioca, es importante actuar rápidamente para reducir las molestias.
- Evitar frotar o rascar la zona afectada ya que esto podría empeorar la irritación y extender el daño en la piel.
- No aplicar agua dulce sobre la picadura porque puede activar más toxinas, empeorando la reacción.
- Retirar suavemente los tentáculos adheridos, para esto se recomienda usar pinzas o guantes para quitarla sin hacer contacto directo con la piel.
- Aplicar compresas frías sobre la zona afectada para aliviar el dolor y reducir la inflamación.
- Consultar a un profesional de la salud si los síntomas persisten o empeoran para así recibir el tratamiento adecuado.
- Mantenerse informado sobre las condiciones climáticas y advertencias en las playas.