¿Quién no pensó alguna vez en darle play a su lista favorita mientras se baña? La tentación de usar los AirPods Pro, AirPods 3 o AirPods 4 en la ducha es grande, sobre todo si sabés que son resistentes al sudor y al agua. Pero, mirá, lo que advierten en la página oficial de Apple: no son impermeables. Si vos creías que esa resistencia significaba que podían soportar un buen chapuzón, estabas equivocadísimo.
La verdad es que estos dispositivos están clasificados principalmente para soportar el sudor y salpicaduras durante el ejercicio o deportes que no involucren agua. Por ejemplo, los AirPods Pro 1 tienen una clasificación IPX4, igual que algunos modelos de AirPods Pro 2 y AirPods 3, lo cual solo indica resistencia al sudor y al agua.
Incluso los modelos más avanzados, como los AirPods Pro 3 con estuche MagSafe (USB-C), que tienen una clasificación superior (IP57 y resistencia al polvo), tampoco están diseñados para meterse a nadar o usarse en la ducha.
Por qué no te podés bañar con tus Airpods puestos
La durabilidad es otro punto clave que muchos olvidan. La resistencia al agua, al sudor y al polvo no es permanente. Con el tiempo, esta protección se va degradando, y no hay manera de que los vuelvan a sellar o revisar para restaurarla.

Pero el verdadero peligro en la ducha no es solo el agua, sino la química. Si exponés tus auriculares a jabones, champús, acondicionadores, detergentes o lociones, estos productos tienen un impacto negativo directo sobre los sellos acústicos y las membranas.
Los fabricantes lo dejan bien claro: no coloques los AirPods bajo agua corriente, como una ducha o un grifo. Tampoco debés nadar con ellos, sumergirlos (incluyendo las versiones Pro 1, Pro 2, 3 o 4) ni exponerlos a chorros de agua a alta velocidad.
Si accidentalmente se mojan, la recomendación es secarlos inmediatamente con un paño suave, seco y sin pelusa. Y antes de guardarlos en el estuche de carga, tenés que dejarlos secar al menos por dos horas.