El mundo del fitness tiene un nuevo protagonista y ya conquistó Buenos Aires: el Método Lagree. Este entrenamiento de bajo impacto y alta intensidad se impone como una tendencia global que promete transformar el cuerpo sin riesgo de lesiones. Creado por el entrenador franco-estadounidense Sébastien Lagree, combina en una sola rutina cinco pilares fundamentales: fuerza, resistencia, cardio, equilibrio y trabajo del core.
Las sesiones, de 45 minutos, están diseñadas para esculpir y tonificar el cuerpo mediante movimientos lentos, controlados y técnicamente precisos. En pocas semanas, el Lagree ha despertado interés entre deportistas, modelos y amantes del bienestar que buscan resultados visibles sin sobrecargar las articulaciones.

A primera vista puede recordar al Pilates, pero el Lagree lo lleva un paso más allá. La disciplina se practica sobre una máquina exclusiva llamada Megaformer, una evolución tecnológica del clásico reformer. Este equipo permite ajustar resistencias, inclinaciones y puntos de tensión, adaptándose tanto a principiantes como a atletas experimentados.
La gran diferencia es que el cuerpo permanece bajo tensión constante durante toda la sesión, lo que activa los músculos de manera más profunda. Cada movimiento —aunque parezca lento— demanda control y precisión, logrando quemar hasta 600 calorías por clase.
Método Lagree: el entrenamiento de bajo impacto
Según los instructores certificados, esta técnica mantiene el metabolismo activo hasta 24 horas después del entrenamiento, mejorando la fuerza y la resistencia cardiovascular. Sus beneficios incluyen una mayor tonificación, mejor postura y articulaciones protegidas, además de una rápida recuperación muscular.
El método llegó oficialmente a la Argentina de la mano de Johanna Tomelic, entrenadora y emprendedora que descubrió el Lagree en un viaje a Estados Unidos. Fascinada con su efectividad, decidió formarse y abrir PUR Lagree Studio, el primer espacio del país dedicado exclusivamente a esta práctica, ubicado en el barrio de Núñez.
“Lagree es un entrenamiento transformador: esculpe y tonifica sin generar volumen. Pero más allá del físico, trabaja la conexión con uno mismo”, explica Tomelic. Según la instructora, cada clase requiere una fuerte concentración mental, ya que la precisión y la respiración son claves para ejecutar correctamente los movimientos.

Lo que comenzó como una disciplina de nicho en Los Ángeles hoy es una de las rutinas más exclusivas del mundo. Kim Kardashian, Michelle Obama, Gwyneth Paltrow y Sofía Vergara son algunas de sus principales embajadoras, y sus entrenadores coinciden en que el Lagree “es intenso, pero amable con el cuerpo”. Sus resultados suelen notarse entre la sexta y octava clase, con mejoras visibles en la definición muscular y la postura general.






















