La longevidad no se trata solo de sumar años, sino de añadir vida a esos años. Afortunadamente, existen estrategias que podemos implementar para mejorar la salud y bienestar a largo plazo.
El ejercicio físico es fundamental para una vida larga y de calidad. No importa la edad que tengas, nunca es tarde para empezar. Lo importante es hacerlo de manera inteligente, escuchando a tu cuerpo y priorizando la técnica sobre la carga.
- VO2max y fuerza: estos son dos biomarcadores clave para la longevidad. El VO2max, o capacidad aeróbica máxima, se mejora con entrenamientos de alta intensidad (HIIT) y entrenamiento en Zona 2. La fuerza muscular, por otro lado, se trabaja con ejercicios compuestos como sentadillas, peso muerto, dominadas, press de banca y remos.
- Actividad diaria: no basta con el ejercicio estructurado. Mantente activo a lo largo del día caminando, moviéndote y evitando periodos prolongados de inactividad.

Los pilares del rejuvenecimiento biológico
Una alimentación adecuada, un descanso reparador y, en ciertos casos, la suplementación, son esenciales para mantenernos jóvenes a nivel biológico.
El estrés crónico y el sedentarismo aceleran el envejecimiento celular. A nivel molecular, afectan la estabilidad del ADN y aumentan el estrés oxidativo y la inflamación. El sedentarismo, además, reduce la capacidad aeróbica, la función mitocondrial y la fuerza muscular.
- Combate el estrés: medita, exponete al frío (duchas frías) o practica el ayuno intermitente. Prioriza el descanso, el sueño es el proceso regenerador más potente del cuerpo.
- Evita el sedentarismo: muévete todo lo que puedas a lo largo del día.
La clave para la longevidad reside en optimizar nuestro entorno y hábitos para favorecer la regeneración celular y el equilibrio metabólico.