¿Sentís que tu rostro refleja cansancio o tristeza incluso en tus mejores días? En muchos casos, las cejas caídas son las responsables de esa apariencia apagada que no coincide con cómo te sentís por dentro. Este fenómeno no solo afecta la estética, sino que también puede interferir con la visión, reduciendo la amplitud del campo visual. La cejaplastía directa es una solución quirúrgica que devuelve frescura, luminosidad y vitalidad a la expresión y cada vez en más común.
Con el paso del tiempo, la piel pierde elasticidad y firmeza. La gravedad y el envejecimiento natural provocan que las cejas, sobre todo en su parte externa, desciendan progresivamente. En otras personas, la caída puede estar relacionada con factores genéticos o incluso con enfermedades neurológicas. Más allá del origen, el impacto es evidente: una mirada cansada que muchas veces no refleja la energía real de la persona.

Cómo es el procedimiento de la cejaplastía
La cejaplastía directa se caracteriza por ser un tratamiento ambulatorio, de corta duración y mínimamente invasivo. Se realiza con anestesia local y suele completarse en unos 45 a 60 minutos. El cirujano efectúa una pequeña incisión justo por encima de la ceja, desde donde se retira el exceso de piel y tejido, para luego reposicionar la ceja en una ubicación más armónica y natural.
Ventajas y resultados de la cejaplastía
Uno de los grandes atractivos de la cejaplastía es que los resultados se perciben de inmediato y se mantienen en el tiempo, a diferencia de tratamientos temporales como la toxina botulínica o los hilos tensores. Entre sus beneficios se destacan:
- Rejuvenecimiento visible y natural del rostro.
- Mirada más fresca, expresiva y vital.
- Recuperación rápida, con mínimas molestias.
- Ampliación del campo visual en pacientes donde la caída de las cejas afectaba la visión.

Aspectos a tener en cuenta de la cejaplastía
Como toda intervención quirúrgica, la cejaplastía implica algunos riesgos potenciales, como hematomas, cicatrices más visibles de lo esperado o pequeñas asimetrías. Por eso, la correcta selección de pacientes y un cuidado postoperatorio adecuado son claves para obtener los mejores resultados. La valoración previa con un oftalmólogo especializado en oculoplastia es fundamental para determinar la idoneidad del procedimiento.