Para el Feng Shui, es importante respetar los tiempos para regar tus potus o tu lengua de suegra, más allá de que se vean correctas estéticamente y combinen con tus espacios. No es solo una cuestión de que la planta no se seque, sino de mover las vibras positivas en tu hogar.
Según esta metodología, el momento ideal para regar es muy temprano, a la mañana, apenas sale el sol. ¿Por qué tan temprano? Porque a esa hora arranca la energía “yang”, que es la de la vitalidad, la expansión y la acción.
Al regar en ese momento, no solo estás ayudando a que tus plantas absorban mejor el agua y los nutrientes durante el día, sino que también estás activando la energía vital en todo tu ambiente. Es como abrir las ventanas para que entre aire fresco, pero a nivel energético.
¿Por qué no se recomienda regar las plantas a la noche?
Por el contrario, regar de noche es un rotundo “no” para el Feng Shui. La noche está dominada por la energía “yin”, que es más introspectiva y pasiva. Echarle agua a las plantas en ese momento puede hacer que la energía se estanque, como agua en un charco. Además, y esto ya es más práctico, la humedad nocturna puede pudrir las raíces o traer hongos indeseados.
Para potenciar aún más este ritual, los expertos recomiendan usar agua a temperatura ambiente y tomarte un segundo para conectar con tus plantas. Agradeceles o tirales una buena intención mientras las regás.
La idea es transformar una tarea cotidiana en un acto consciente que te conecte con los ciclos de la naturaleza y llene tu vida de armonía y prosperidad. Así que ya sabés: la próxima, poné el despertador un toque antes y convertí el riego en tu primer ritual de bienestar del día.
