Nella Bergoglio es prima de Jorge Bergoglio, el papa Francisco fallecido este 21 de abril. Fue entrevistada por la prensa italiana en ocasión de la partida del Sumo Pontífice y lo recordó con dolor y cariño: “vamos a extrañar su sonrisa”.
La mujer, que comparte raíces con el papa, vive en Peveragno, Langhe, provincia de Cúneo, contó que le había hecho una promesa a su primo, pero que no pudo cumplir a tiempo.
“Siempre visitaba al papa Francisco dos veces al año porque lo sentía como uno más de nuestra familia y lo quería, lo quiero mucho. La última vez que nos vimos fue el 15 de enero con la asociación de cocineros”, contó al medio LaPresse, entrevista que luego reprodujo Corriere della Sera. Luego agregó: ”al Papa le gustaba comer, pero se contenía mucho. Pero recordaba las buenas recetas piamontesas porque se las preparaba su abuela Rosa, que lo crió. Él siempre nos pedía bagna cauda. Lamentablemente, no pude llevárselo porque falleció“.
Nella se enteró de la noticia por un fraile en el Vaticano. “Estaba muy triste porque sí, sabía que no estaba bien, pero también sabía que se había recuperado y que aún teníamos mucho por hacer. Aún tenía que darnos algunos abrazos, algunas enseñanzas, algunos consejos”, expresó.
La prima recordó a Jorge con cariño: “yo, al Papa Francisco, lo recuerdo con la sonrisa que me regaló, me regaló una hermosa sonrisa que me transmitió paz, y sus manos, sus manos cálidas y suaves, y nunca las olvidaré”.
Según publicó la prensa italiana, Nella Bergoglio participará en el funeral: “porque tenemos que acompañarlo. Francisco eligió un funeral diferente al de los demás papas, porque el Papa Francisco se distingue de los demás, es de los humildes, de las cosas humildes, digamos sin pompa. Y debe estar con los pobres, estar con la gente, con los fieles”.
Profundamente ligado a sus orígenes piamonteses, el Papa no olvidó su tierra natal, según contó su pariente: “cuando bajé a Roma para una audiencia, él también habló en dialecto, me saludó con un ‘cerea’. Luego le llevé el libro de Proverbios Piamonteses, y él estaba contento, lo miró muy, muy contento”. Y concluyó: “lo amamos porque hizo grandes cosas, cambió un poco la Iglesia con su humildad. Se presentó con humildad y lo extrañamos”.