Con el tiempo, las canillas del baño y la cocina suelen perder brillo, gotear o reducir la presión del agua. En la mayoría de los casos, el problema no está en la instalación, sino en la cal, un mineral presente en el agua que se adhiere a las superficies metálicas y obstruye los filtros internos.
Según los técnicos de Tubo Plástica, la cal no sólo deja manchas blanquecinas, sino que también deteriora el funcionamiento de la canilla y puede afectar la calidad del agua. A largo plazo, esas incrustaciones bloquean la salida, reducen el caudal y, en algunos casos, provocan malos olores en la instalación.
Por eso, los especialistas recomiendan revisar periódicamente el estado de las canillas y realizar una limpieza profunda cuando aparezcan los primeros signos de acumulación.
Por qué se acumula la cal
La dureza del agua, su contenido de sales de calcio y magnesio, varía según la región. En zonas donde el agua es más “dura”, la cal se deposita con facilidad, sobre todo cuando el agua caliente se evapora.
Con el paso de los meses, los minerales se adhieren al metal y forman una película blanquecina que opaca el brillo. Además, esas partículas pueden tapar el filtro o aireador, reduciendo la presión del chorro.
Ante los primeros indicios (manchas, pérdida de brillo o menor caudal), los plomeros recomiendan evitar raspar la superficie y aplicar un método no abrasivo.
Cómo eliminar la cal del exterior de la canilla
Para limpiar las superficies y recuperar el brillo, los profesionales aconsejan usar productos naturales con poder desincrustante. Uno de los más efectivos es el vinagre blanco, cuya acidez ayuda a disolver la cal sin dañar el metal.
El procedimiento es simple:
- Humedecer un paño con vinagre y envolver la canilla.
- Dejar actuar durante una hora.
- Frotar suavemente con una esponja o cepillo y enjuagar con agua limpia.
Si las manchas son persistentes, se puede usar alcohol o harina. En este último caso, la canilla debe estar seca para que la harina absorba los residuos. Luego se retira con un paño seco, dejando el metal brillante.
Cómo limpiar el filtro y recuperar la presión
El verdadero secreto está en el filtro interno, donde se acumula la cal que más afecta al rendimiento de a canilla. El procedimiento recomendado por los plomeros consta de tres pasos:
- Desenroscar el filtro situado en la salida del agua, retirando si es posible el embellecedor exterior.
- Sumergirlo en vinagre blanco durante unos 20 minutos para disolver los restos minerales.
- Enjuagar con agua templada y volver a colocarlo.
Tras la limpieza, el caudal suele recuperar su presión normal y el agua fluye de manera uniforme. Si el problema continúa, puede deberse a una obstrucción más profunda en las tuberías.
Revisar y limpiar las canillas cada cierto tiempo mejora la estética del baño o la cocina, evita averías y prolonga la vida útil de las instalaciones. Además, mantener los filtros limpios contribuye a mejorar la calidad del agua y a optimizar el consumo.




























