En la búsqueda de escapadas cercanas a la Ciudad de Buenos Aires, suele mencionarse siempre a los mismos destinos: Carlos Keen, Tomás Jofré o Uribelarrea. Sin embargo, en los últimos años un competidor silencioso empezó a ganar protagonismo entre quienes priorizan descanso, naturaleza y servicios sin multitudes: General Belgrano.
Ubicado a 155 kilómetros de la Capital y 115 kilómetros de La Plata, este pueblo bonaerense se consolidó como un refugio ideal para el verano, con una propuesta que combina aguas termales, actividades al aire libre y vida pueblerina.

General Belgrano era elegido principalmente por pescadores o familias que buscaban un fin de semana tranquilo. Pero la llegada del complejo termal más cercano a CABA transformó el movimiento turístico de la zona: aparecieron nuevos hoteles, cabañas, restaurantes y propuestas recreativas. No obstante, y a diferencia de otros destinos que perdieron identidad al crecer, General Belgrano logró un equilibrio singular entre desarrollo y calma.
Cómo es “Termas del Salado” en General Belgrano
Termas del Salado se extiende a lo largo de 4,6 hectáreas y cuenta con cuatro piletas de aguas mineralizadas: una cubierta y tres semicubiertas, cada una con temperaturas distintas. El agua surge desde 965 metros de profundidad y alcanza los 41°C, con una composición rica en sales, sodio, calcio, óxido de hierro y azufre. Más allá del marketing termal, estas aguas son efectivamente valoradas por su uso terapéutico en dolencias musculares y articulares. A eso se suma un parque acuático pensado para la temporada estival, ideal para familias con niños.

El complejo también ofrece servicios extra como spa, gimnasio, fast food y amplios espacios verdes para descansar o hacer picnic. Sin embargo, conviene tener en cuenta que en temporada alta el flujo de visitantes crece notablemente. Aunque sigue siendo más sereno que otros destinos masivos, la demanda creciente podría afectar el “clima termal” tradicional. Para quienes buscan silencio absoluto, es recomendable visitar en días de semana.

Más allá del atractivo termal, General Belgrano se destacó por potenciar experiencias de naturaleza accesibles. El entorno permite pesca deportiva, avistaje de aves, kayak, astroturismo y circuitos de mountain bike aptos para distintos niveles. Uno de los puntos más interesantes es el Bosque Encantado, ubicado a 13 kilómetros del centro, una reserva de 24 hectáreas con senderos entre pinos, araucarias, cedros y plátanos centenarios. Dentro del predio, el Museo de las Estancias ofrece un recorrido por la historia rural de la región y la vida de las familias pioneras.
La identidad del pueblo también se expresa en su agenda cultural. Peñas, ferias y festivales ocupan las noches veraniegas, con eventos como el Festival Morfi, la Fiesta de la Bondiola y el Festival Mayor de Tango y Folklore. Entre las actividades originales destaca la apicultura turística, donde productores locales enseñan sobre la vida de las abejas y permiten degustar miel recién extraída.
General Belgrano es una alternativa sólida para quienes desean naturaleza, descanso y servicios sin alejarse de la Capital.























