Con el uso frecuente, las remeras blancas o de colores claros empiezan a mostrar esas horribles marcas amarillas persistentes que parecen ignorar todos los lavados. Estas manchas, generadas por la combinación del sudor y los químicos del desodorante, arruinan la ropa, obligándonos a dejarla relegada en el fondo del placard.
Existe un truco casero simple, accesible y muy efectivo que promete mejorar por completo la apariencia de tus prendas y te permite decirle adiós a esas marcas para no tener que gastar de más. El secreto reside en la despensa de cualquier argentino: el infalible bicarbonato de sodio.
El bicarbonato de sodio es un verdadero clásico de la limpieza del hogar. No solo es suave con las telas, sino que tiene la capacidad de neutralizar los malos olores y de remover la grasa y el sudor incrustados.

Cómo aplicar el bicarbonato de sodio en las manchas de desodorante
Para aplicar este método, solo tenés que seguir unos pocos pasos:
1. Creá una pasta espesa mezclando tres cucharadas de bicarbonato de sodio con apenas un poco de agua.
2. Aplicá generosamente esta pasta directamente sobre la mancha y frotá suavemente. Es importante usar un cepillo o un paño realizando movimientos circulares, sin apretar demasiado para no dañar la tela.
3. Dejá que la mezcla haga su trabajo: esperá unos 30 minutos para que el bicarbonato absorba la grasa y el sudor.
4. Finalmente, lavá la remera de forma habitual. Si usás agua tibia, esto potenciará aún más el efecto limpiador.
Si la mancha es muy vieja o está muy incrustada, quizás necesites repetir el proceso un par de veces hasta obtener los resultados deseados que se vean bien estéticamente. Además, si estás tratando con ropa deportiva o tejidos muy delicados, los expertos advierten que este truco casero no reemplaza a los limpiadores técnicos especializados.