A tan solo 100 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires, Lima emerge como uno de esos destinos que sorprenden por su sencillez. Este pueblo del partido de Zárate, ubicado a orillas del río Paraná de las Palmas, ofrece lo que muchos viajeros buscan cuando escapan de la ciudad: silencio, verde, aire libre y buena comida. A poco más de una hora en auto, Lima combina lo mejor del paisaje ribereño con la vida tranquila del campo bonaerense.

El visitante que llega encuentra un entorno sereno, calles arboladas y casas bajas que conservan la esencia de un pueblo chico. Pero lo que verdaderamente distingue a Lima es su acceso al Paraná, donde se forman pequeñas playas de arena dorada ideales para pasar el día. Allí se puede disfrutar de un picnic bajo los árboles, tomar unos mates frente al río o simplemente caminar al atardecer observando el reflejo del sol sobre el agua.
Durante el verano, el Club de Pesca Lima se convierte en el corazón social del pueblo. Equipado con muelle, bajada de lanchas, parrillas, zona de camping y alquiler de kayaks, este espacio ribereño convoca tanto a familias locales como a visitantes de fin de semana. La zona también ofrece alternativas de pesca deportiva, cabalgatas y senderos rurales ideales para quienes buscan una experiencia más activa al aire libre.

La historia de Lima se remonta a 1885, cuando nació como una estación del Ferrocarril Mitre, eje que dio origen a su desarrollo urbano. Décadas más tarde, la instalación de las Centrales Nucleares Atucha I y II marcó un nuevo capítulo en su crecimiento. Hoy, estas plantas pueden visitarse mediante recorridos guiados, que explican su aporte a la energía nacional.
A pesar de este progreso, el pueblo mantiene su calma y sus tradiciones. En el centro se destaca la Plaza Mitre, rodeada de almacenes antiguos y comercios familiares, junto a la Parroquia San Isidro Labrador, de estilo neocolonial, que es uno de los íconos locales. Cada 28 de septiembre, Lima celebra su aniversario con ferias artesanales, música criolla y destrezas gauchas que convocan a toda la comunidad.

Si hay algo que define una escapada bonaerense, es el buen comer. En Lima, las parrillas familiares y los bodegones son una parada obligada. La oferta gastronómica incluye asado, empanadas, chorizos y milanesas caseras, todo preparado con ese sabor auténtico que solo se consigue en los pueblos.
Los fines de semana, los restaurantes se llenan de visitantes que llegan atraídos por el aroma del carbón y el ambiente relajado. Muchos de estos lugares ofrecen mesas al aire libre, bajo los árboles o frente al río, ideales para disfrutar sin apuro.
Cómo llegar a Lima desde CABA
Llegar a Lima desde Buenos Aires es muy sencillo: solo hay que tomar la Autopista Panamericana (Ramal Escobar) y continuar por la Ruta Nacional 9 hasta el kilómetro 100, donde un desvío bien señalizado conduce directamente al acceso principal del pueblo. También se puede llegar en colectivo o tren desde Zárate, lo que lo convierte en un destino accesible para escapadas cortas.

Con su mezcla de paisajes naturales, historia ferroviaria y tradición gastronómica, Lima se posiciona como una de las joyas menos exploradas del norte bonaerense. A solo una hora de la gran ciudad, ofrece tranquilidad, aire puro y parrillas inolvidables frente al Paraná.Un rincón donde el tiempo parece detenerse, pero el sabor y la calidez siguen vivos.


























