En la misa, la Liturgia de la Palabra es uno de los momentos centrales de la celebración. En este punto, se leen los pasajes de la Biblia que permiten adentrarse en las enseñanzas de Jesucristo.
Compartimos los textos del martes 18 de marzo de 2025 publicados por el sitio web del Vaticano.
Liturgia del 18 de marzo de 2025: Primera lectura
Lectura del libro de Isaías
Isaίas 1, 10. 16-20
Oigan la palabra del Señor, príncipes de Sodoma; escucha la enseñanza de nuestro Dios, pueblo de Gomorra: “Lávense y purifíquense; aparten de mi vista sus malas acciones. Dejen de hacer el mal, aprendan a hacer el bien, busquen la justicia, auxilien al oprimido, defiendan los derechos del huérfano y la causa de la viuda.
Vengan, pues, y discutamos, dice el Señor. Aunque sus pecados sean rojos como la sangre, quedarán blancos como la nieve. Aunque sean encendidos como la púrpura, vendrán a ser como blanca lana. Si son ustedes dóciles y obedecen, comerán los frutos de la tierra. Pero si se obstinan en la rebeldía, la espada los devorará“.
Evangelio del día: 17 de marzo de 2025
Lectura del santo evangelio Mateo
Mateo 23, 1-12
En aquel tiempo, Jesús dijo a las multitudes y a sus discípulos:
“En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y fariseos. Hagan, pues, todo lo que les digan, pero no imiten sus obras, porque dicen una cosa y hacen otra. Hacen fardos muy pesados y difíciles de llevar y los echan sobre las espaldas de los hombres, pero ellos ni con el dedo los quieren mover. Todo lo hacen para que los vea la gente. Ensanchan las filacterias y las franjas del manto; les agrada ocupar los primeros lugares en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; les gusta que los saluden en las plazas y que la gente los llame ‘maestros’.
Ustedes, en cambio, no dejen que los llamen ‘maestros’, porque no tienen más que un Maestro y todos ustedes son hermanos. A ningún hombre sobre la tierra lo llamen ‘padre’, porque el Padre de ustedes es sólo el Padre celestial. No se dejen llamar ‘guías’, porque el guía de ustedes es solamente Cristo. Que el mayor de entre ustedes sea su servidor, porque el que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido".
18 DE MARZO, SAN CIRILO: obispo de Jerusalén y doctor de la Iglesia
Según la página oficial del Vaticano, el Santo del día es una reseña diaria de los santos guardados en la memoria de la Iglesia. Hoy se recuerda a San Cirilo.
San Cirilo de Jerusalén, proclamado Doctor de la Iglesia en 1882, fue un destacado defensor de la formación doctrinal del pueblo cristiano. Sus escritos fueron citados en el Concilio Vaticano II y su legado sigue siendo relevante. Nació alrededor del año 315 en Jerusalén y, tras practicar el ascetismo desde joven, fue ordenado sacerdote a los 30 años. Se dedicó a la preparación de catecúmenos y redactó 24 catequesis sobre la iniciación cristiana, destacándose por su capacidad de transmitir conceptos complejos con claridad. En el año 348, fue consagrado obispo de Jerusalén.
Como obispo, Cirilo se enfrentó a las herejías y promovió la pureza de la fe, en un tiempo de fuertes divisiones teológicas, especialmente con los arrianos. Aunque algunos lo vincularon con esta corriente en su juventud, en su madurez defendió el Credo de Nicea y la divinidad de Cristo. Su oposición al arrianismo le costó el exilio en tres ocasiones debido a las presiones de líderes arrianos y emperadores hostiles. A pesar de estos desafíos, Cirilo se mantuvo firme en la defensa de la fe y la unidad de la Iglesia.
Tras un largo período de exilio, pudo regresar definitivamente a Jerusalén gracias al emperador Teodosio y participó en el Segundo Concilio de Constantinopla en 381, donde reafirmó el Credo Niceno-Constantinopolitano. Para Cirilo, el cristiano es un “Cristoforo” o “portador de Cristo”, y su misión era hacer resonar la Palabra de Dios, mostrando la belleza de los sacramentos y defendiendo la fe en la divinidad de Cristo. Su enseñanza sigue siendo una referencia fundamental en la doctrina cristiana.

Oración a San Cirilo
Señor, Dios nuestro, que has permitido a tu Iglesia penetrar con mayor profundidad en los sacramentos de la salvación, por la predicación de san Cirilo, obispo de Jerusalén, concédenos, por su intercesión, llegar a conocer de tal modo a tu Hijo que podamos participar con mayor abundancia de su vida divina.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén.