En la misa, la Liturgia de la Palabra es uno de los momentos centrales de la celebración. En este punto, se leen los pasajes de la Biblia que permiten adentrarse en las enseñanzas de Jesucristo.
Compartimos los textos del miércoles 4 de diciembre de 2024 publicados por el sitio web del Vaticano.
Liturgia del 4 de diciembre de 2024: Primera lectura
Lectura del libro de Isaías
Is 25, 6-10
En aquel día, el Señor del universo
preparará sobre este monte
un festín con platillos suculentos
para todos los pueblos;
un banquete con vinos exquisitos
y manjares sustanciosos.
Él arrancará en este monte
el velo que cubre el rostro de todos los pueblos,
el paño que oscurece a todas las naciones.
Destruirá la muerte para siempre;
el Señor Dios enjugará las lágrimas de todos los rostros
y borrará de toda la tierra la afrenta de su pueblo.
Así lo ha dicho el Señor.
En aquel día se dirá:
“Aquí está nuestro Dios,
de quien esperábamos que nos salvara.
Alegrémonos y gocemos con la salvación que nos trae,
porque la mano del Señor reposará en este monte".
Evangelio del día: 4 de diciembre de 2024
Lectura del santo evangelio según san Mateo
Mt 15, 29-37
En aquel tiempo, llegó Jesús a la orilla del mar de Galilea, subió al monte y se sentó. Acudió a él mucha gente, que llevaba consigo tullidos, ciegos, lisiados, sordomudos y muchos otros enfermos. Los tendieron a sus pies y él los curó. La gente se llenó de admiración, al ver que los lisiados estaban curados, que los ciegos veían, que los mudos hablaban y los tullidos caminaban; por lo que glorificaron al Dios de Israel.
Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: “Me da lástima esta gente, porque llevan ya tres días conmigo y no tienen qué comer. No quiero despedirlos en ayunas, porque pueden desmayarse en el camino”. Los discípulos le preguntaron: “¿Dónde vamos a conseguir, en este lugar despoblado, panes suficientes para saciar a tal muchedumbre?” Jesús les preguntó: “¿Cuántos panes tienen?” Ellos contestaron: “Siete, y unos cuantos pescados”.
Después de ordenar a la gente que se sentara en el suelo, Jesús tomó los siete panes y los pescados, y habiendo dado gracias a Dios, los partió y los fue entregando a los discípulos, y los discípulos a la gente. Todos comieron hasta saciarse, y llenaron siete canastos con los pedazos que habían sobrado.
27 DE NOVIEMBRE, JUAN DAMASCENO
Según la página oficial del Vaticano, el Santo del día es una reseña diaria de los santos guardados en la memoria de la Iglesia. En esta sección encontrarás las historias, anécdotas y milagros realizados por estas figuras de vida cristiana a lo largo de distintas épocas y lugares del mundo.
Hoy la Iglesia recuerda a San Juan Damasceno.
Juan Damasceno nació en Damasco, Siria, en una familia cristiana influyente, y fue educado en filosofía y teología en Constantinopla. Inicialmente, asumió la responsabilidad económica del califato, pero su encuentro con el monje Cosmo y su estudio de la fe cristiana lo llevaron a dejar la vida cortesana y abrazar la vida monástica. Alrededor del año 700, ingresó al monasterio de San Sabas, en Palestina, donde se dedicó a la oración, la meditación y la predicación, enriqueciéndose espiritualmente y ayudando a la comunidad con obras de misericordia.
Juan se destacó como teólogo y defensor de la veneración de las imágenes sagradas, en un contexto marcado por la controversia iconoclasta promovida por un emperador bizantino que aseguraba que no se debía utilizar ninguna en el culto. El argumento principal de Juan era que, al encarnarse, el Verbo de Dios se hizo visible en la figura de Cristo, quien representaba a Dios invisible. Esto justificaba el uso de imágenes para venerar a Cristo y los santos, distinción que fue fundamental para responder a quienes prohibían las representaciones sagradas en el culto. Sus escritos y su defensa de la teología cristiana lo convirtieron en una figura clave para la Iglesia oriental.
Apodado el “Santo Tomás de Oriente”, Juan Damasceno fue reconocido por su profunda formación teológica, su contribución a la doctrina cristiana y la liturgia, y su influencia en la teología ortodoxa y católica. Entre sus obras más importantes se encuentra De Fide Orthodoxa, que sintetiza la tradición patrística y las decisiones de los concilios. Además, la leyenda de un milagro en el que la Virgen María restauró su mano cortada por quienes lo tenían cautivo, sumado a su devoción a María, contribuyó al culto oriental de la Virgen Tricherusa. Su legado perdura como un pilar de la teología y la liturgia oriental.
Oración de Juan Damasceno a la Virgen María
Te saludo, oh María,
esperanza de los cristianos.
Acepta la súplica de un pecador que te ama tiernamente,
que te ama entrañablemente,
te honra y pone en ti toda esperanza de salvación.
Gracias a ti tengo vida.
Me conduces de nuevo a la gracia de tu Hijo
y eres la prenda segura de mi salvación.
Te suplico que me liberes de la carga de mis pecados,
destruye la oscuridad de mi mente,
destierra las ataduras terrenales de mi corazón,
reprime las tentaciones de mis enemigos, y guía mi vida,
para que pueda alcanzar por tu medio y bajo tu guía,
a la felicidad eterna del Paraíso.
Amén.