El árbol de Navidad suele ser el centro de la decoración festiva, pero su presencia en el hogar también implica responsabilidades. La mezcla de luces, adornos sintéticos y cableado eléctrico puede derivar en accidentes si no se controla el entorno inmediato. Por eso, conocer qué objetos no deben colocarse cerca del árbol es clave para garantizar unas celebraciones seguras.
Entre los elementos que representan mayor riesgo, las velas encendidas encabezan la lista. Aunque aportan calidez visual, una llama abierta puede alcanzar ramas secas o guirnaldas y generar un incendio en cuestión de segundos. Le siguen los cargadores y dispositivos electrónicos, cuya costumbre de enchufarse cerca del pino aumenta la posibilidad de sobrecalentamiento y cortocircuitos, especialmente en enchufes saturados.
Lo que nunca debe estar cerca del arbolito
Otra categoría crítica son los aerosoles y productos inflamables, como ambientadores, abrillantadores o desodorantes textiles. Estos sprays contienen sustancias que pueden encenderse fácilmente ante una chispa eléctrica. El riesgo también se extiende a los sahumerios e inciensos, cuyos carbones encendidos mantienen calor durante varios minutos y pueden iniciar combustión sin que se note de inmediato.
Evitar estos objetos no es suficiente: la prevención también requiere hábitos básicos vinculados a la iluminación navideña. Uno de los más importantes es desenchufar siempre las luces del árbol antes de salir de casa o al irse a dormir. También es fundamental no conectar más de tres tiras de luces en un mismo enchufe para evitar sobrecarga, y optar por luces LED, que generan mucho menos calor que las tradicionales.
Al aplicar estas recomendaciones, el árbol navideño vuelve a ocupar su lugar simbólico sin transformarse en una amenaza. La lógica es similar a manejar durante una lluvia intensa: no alcanza con esquivar los charcos visibles (las llamas), también es necesario controlar el estado del vehículo (las conexiones eléctricas) para prevenir un incidente inesperado.
