Las picaduras de garrapatas suelen ser indoloras y difíciles de detectar a simple vista, pero es fundamental estar atentos a ciertos signos y síntomas que pueden indicar una infección o enfermedad transmitida por estos artrópodos.
En este contexto, prevenir se vuelve fundamental. Así lo explica un portavoz del Cuerpo de Agentes Forestales en un video difundido por el perfil de Instagram de Emergencias 112 de la Comunidad de Madrid en España (@112cmadrid), donde insiste en la importancia de vestir ropa adecuada, utilizar repelentes y mantenerse atento al entorno natural.
Cómo evitar la picadura de una garrapata
Entre las recomendaciones más útiles de los Agentes Forestales para reducir el riesgo destacan:
- Usar ropa larga y de colores claros para facilitar la detección.
- Caminar siempre por caminos o sendas, evitando el contacto directo con hierba alta o matorrales.
- Evitar zonas con ganado o con signos de presencia de conejos y otros animales.
- A la hora de hacer picnics, conviene colocar un mantel blanco o claro sobre el suelo y mantenerse alerta ante cualquier movimiento sobre la tela.
Por otro lado, al terminar la jornada, es importante revisar cuidadosamente axilas, ingles, orejas, cintura, cuero cabelludo y la parte posterior de las rodillas. También es fundamental inspeccionar a las mascotas y emplear antiparasitarios externos.
Garrapatas: dónde viven y cómo se alimentan para sobrevivir
Estos animales son artrópodos parásitos que se alimentan de la sangre de animales y personas. Habitan zonas de vegetación alta, matorrales, pastizales y áreas donde hay ganado o fauna silvestre, lo que incrementa el riesgo de contacto en entornos naturales.
Pueden picar durante todo el año, especialmente en climas cálidos. Su picadura es indolora y, en muchos casos, pasa desapercibida.
Cuando están infectadas, pueden transmitir enfermedades como la fiebre botonosa, la enfermedad de Lyme, la encefalitis por garrapata o la babesiosis, tal y como advierte la web oficial de la Comunidad de Madrid.
Qué hacer inmediatamente después de una picadura de garrapata
La clave está en retirarla correctamente. El método más seguro consiste en utilizar pinzas de punta fina, sujetar al parásito lo más cerca posible de la piel y tirar con suavidad hacia arriba, sin girar ni aplastar.

No aplicar alcohol, vaselina ni calor sobre la garrapata, ya que esto puede provocar que libere fluidos que aumenten el riesgo de infección.
Una vez retirada, se debe desinfectar bien la zona y vigilar posibles síntomas en los días siguientes: fiebre, sarpullido o inflamación.
Síntomas generales a tener en cuenta
- Fiebre, escalofríos y fatiga.
- Dolores musculares y articulares.
- Dolor de cabeza intenso.
- Rigidez en el cuello.
- Inflamación de ganglios linfáticos.
- Náuseas, vómitos o diarrea.
- Debilidad o movimientos descoordinados.
- En casos graves, parálisis facial o dificultad para respirar.
Cuándo buscar ayuda médica
Debe consultarse a un profesional de la salud si:
- La garrapata estuvo adherida a la piel más de 24-36 horas.
- Queda alguna parte de la garrapata incrustada en la piel.
- Aparece una erupción cutánea, especialmente con patrón de “blanco de tiro” o puntos rojos.
- La zona de la picadura muestra signos de infección creciente.
- Se presentan síntomas gripales o neurológicos (fiebre, dolor de cabeza, rigidez de cuello, debilidad, parálisis facial).
- Hay síntomas que empeoran o no mejoran en las semanas siguientes a la picadura.