Uno de los procesos judiciales más tensos que se recuerde en los últimos años en Río Cuarto fue el juicio a la banda que protagonizó el cruento asalto a la familia Del Corral, en un campo ubicado en proximidades de Chucul, en 2007.
Según determinó la Justicia, Emiliano José Rodríguez, comisionista de hacienda de Idiazábal, “entregó” a la familia Del Corral a un trío de delincuentes.
En la tarde del 3 de febrero de 2007, ni bien recibió el llamado del “datero”, irrumpieron en el establecimiento rural.
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La llamada “banda de los porteños” redujo a todos los presentes en el campo y cuando arribaron Julio César del Corral (27) y su padre, los persiguieron a tiros hasta sacarles los 47 mil pesos que acababan de cobrar por la venta de sus vacas. El joven murió camino al hospital, por un balazo en el cráneo.
En 2009, Roberto José Statello Decia (de nacionalidad estadounidense) y David Germán Muñoz fueron condenados a prisión perpetua por homicidios criminis causae, robo agravado y lesiones. En tanto, el comisionista entregador, Emiliano José Rodríguez, oriundo de Idiazábal y defendido por Marcelo Brito, fue considerado partícipe y sentenciado a 18 años.
El presunto tercer integrante del trío de delincuentes, Osvaldo Alberto Bravo, estuvo cinco años prófugo. Fue detenido en 2012, en Corrientes.
Entonces, según los investigadores, se sospechaba que Bravo, “alias Chupete o Cachito”, se dedicaba a la venta de vehículos (le secuestraron dos autos) y sería hijo de un subjefe de la policía bonaerense retirado.
A Bravo se le venció el plazo de prisión preventiva durante la pandemia por Covid, por lo que está en libertad, a la espera del juicio por el homicidio.
Debía sentarse en el banquillo de los acusados este lunes 6, en Laboulaye. Pero según confirmó la oficina de jurados populares la audiencia se suspendió. Trascendidos dan cuenta de que renunció el abogado de Bravo y hasta que no designe a otro, el juicio no tiene fecha.
¿Cómo fue el golpe tipo comando en Chucul?
En Chucul, localidad de apenas 300 habitantes, ubicada unos 220 kilómetros al sureste de Córdoba, nadie se olvida del cruento robo que sufrieron los Del Corral.
Walter Guzmán, el mismo fiscal que hizo la instrucción de la causa en Río Cuarto, en el año 2007, ahora es fiscal de Cámara en Laboulaye
Según la investigación, David Germán Muñoz, Roberto Esteban Statello Decia y Osvaldo Alberto Bravo, oriundos de la provincia de Buenos Aires, llegaron a la zona de Chucul días antes del crimen.
Habían sido anoticiados por el consignatario de hacienda Rodríguez, de que la familia Del Corral realizaría ventas de vacunos y que guardaría el dinero en su vivienda.
Según la acusación, Muñoz, Statello, Bravo y Rodríguez “planearon y organizaron en
conjunto, y de común acuerdo, apoderarse ilegítimamente de unos 47 mil pesos” que Del Corral recibiría el 3 de febrero.
Luego de que el comisionista Rodríguez les comunicó que se había concretado la venta, a las 17.30 los delincuentes ingresaron al predio rural.
Allí habitaban, Julio Arturo Del Corral, su esposa Mafalda Bruno y su hijo, Julio César Del Corral (víctima del homicidio) en una casa, y en la otra construcción, Rodrigo Ezequiel Del Corral, su esposa Carolina Amioni, y el hijo de ambos, de tres años. En un galpón contiguo ese día estaba el empleado Sergio Zabala, alias “chino.
De acuerdo a la descripción del hecho, Statello y Bravo redujeron violentamente a los integrantes del grupo familiar de Rodrigo del Corral. Bajo amenaza de arma de fuego –posiblemente pistolas 9 mm.- los ataron de pies y manos con alambre de fardo, a la vista del niño de tres años que dejaron al lado de su madre.
En tanto, Muñoz, fue a la parte de la vivienda donde se encontraba Mafalda Alicia
Bruno (madre del joven asesinado). La mujer advirtió el movimiento extraño y alcanzó a cerrar la puerta con llave. Pero el ladrón destrozó la cerradura con dos o tres disparos de una 9 mm y avanzó. Rompió el vidrio de una puerta del dormitorio y redujo a la mujer. Reclamaba la plata de otras jaulas de animales vendidas antes.
Bruno explicó que con ese dinero habían hecho pagos. Sólo les quedaba robar lo que los Del Corral, padre e hijo, acababan de cobrar.
La banda redujo y dejó atado con alambre al empleado Zabala. Rompió los teléfonos de la casa, se apoderó de dos anillos de oro y siete mil pesos que había en la vivienda, y no conforme con eso, se ocultó a la espera de sus víctimas.
Los Del Corral llegaron en una camioneta. Cuando vio a los delincuentes Julio César del Corral intentó huir, pero la banda abrió fuego. El joven sufrió un impacto en la zona craneana, perdió el control de la pick up que impactó contra un galpón. Mientras agonizaba, los ladrones le sacaron a su padre los 47 mil pesos que habían ido a buscar. Huyeron en el Bora, se encontraron con Rodríguez, y se dividieron el botín.
Testimonios de vecinos de Chucul sobre el inusual movimiento fueron claves para dilucidar el caso. “Sólo verlos daba miedo”, decían.
