Cuando aún no se completan los días calendario para que se termine la primera semana de julio, en las altas esferas de Seguridad reina la preocupación por la seguidilla de violencia urbana y robos que durante los últimos días enluta e inquieta a la población de la provincia de Córdoba por sus graves consecuencias, con tres asesinatos y siete heridos de importancia durante hurtos y peleas callejeras.
Un jubilado de 85 años apareció muerto a comienzos de la semana en su casa de la localidad de Corral de Bustos, lleno de magullones. Vivía en soledad y su sobrino lo encontró atado y amordazado, por lo que se investiga un robo, sin quedar muy claro cuándo había ocurrido la entradera.
Un trabajador de un call center fue apuñalado horas más tarde en el corazón durante el ataque de motochoros en la ciudad de Córdoba. Pelea por su vida en la cama de un hospital.
Días después, en Río Cuarto, un hombre fue asesinado de nueve puñaladas. El hecho de sangre podría guardar vinculación con otro asesinato ocurrido un mes antes, contra un remisero de la zona, dado que la víctima es padre de uno de los detenidos en esta causa.
A la par, la violencia callejera se desató esta semana en dos barrios de la Capital, ambos de la zona sudeste, con pocas horas de distancia entre uno y otro. Los enfrentamientos callejeros derivaron en dos balaceras, con más de 40 disparos de fuego en el transcurso de pocas horas y con armas automáticas de grueso calibre.
Por estos dos últimos enfrentamientos, en Maldonado y en el barrio Ciudad de Mis Sueños, hubo un muerto y cuatro heridos de gravedad.
Y todavía más alarmante: en el asesinato del riocuartense, así como en las peleas a muerte en barrio Maldonado, estuvieron implicados adolescentes de 16 y de 17 años, respectivamente.
Desde el Ministerio de Seguridad de Córdoba, se muestran preocupados. El propio titular de la cartera, Juan Pablo Quinteros, se refirió a la cantidad de armas ilegales en los barrios de Córdoba.
Destacó, también, que la Policía actúa de manera continua en operativos de saturación y de control en los barrios para decomisar esas armas.
Tres asesinatos en cinco días
La primera muerte se conoció el lunes 1º de julio por la mañana, cuando el sobrino de Norberto Paulino Martella (85), jubilado, encontró a su tío tirado en la cama, con escasos signos vitales, atado y amordazado. La vivienda que habitaba el hombre en la localidad de Corral de Bustos, departamento Marcos Juárez, estaba revuelta. Pocas horas después, el hombre murió en un hospital.
El fiscal a cargo de la causa, Pedro Guerra, corroboró que en la vivienda se produjo un robo y mandó a realizar la autopsia del cuerpo, en medio del dolor de una comunidad que salió a marchar para exigir seguridad.
Sin embargo, aún no se pudo establecer cuándo ocurrieron los hechos, si fue durante esa misma madrugada del lunes o en días anteriores.
Guerra también ordenó la recolección de imágenes de las cámaras de videovigilancia del sector y trabaja en la acumulación de testigos. Norberto salía muy poco a la calle y vivía en soledad.
El caso sigue siendo investigado y hasta el momento no hay detenidos ni imputados.
Durante la tarde del martes, una feroz pelea a balazos por el control del territorio en barrio Maldonado, zona sudeste de la Capital, dejó como saldo la muerte de Yoel Fernando Villada (27) y dos heridos de gravedad.
Dos grupos antagónicos se trenzaron en una feroz pelea que acabó con un intercambio de disparos, con armas automáticas, aparentemente a raíz de una disputa surgida en el marco de los robos a los choferes de Uber y a taxistas.
Se trata de una modalidad delictiva que crece en esta zona de la ciudad, según consta en los expedientes que tramita la fiscala de la causa, Florencia Espósito.
Uno de los heridos quedó imputado de homicidio agravado por el uso de arma de fuego y está bajo disposición del Juzgado Penal Juvenil de 3ª Nominación. Es un adolescente de 17 años.
Además, Espósito ordenó otras dos detenciones de hombres mayores de edad.
La Policía recogió en el territorio al menos 13 vainas servidas de grueso calibre.
El tercer asesinato en cinco días se produjo en la ciudad de Río Cuarto. El crimen se produjo el miércoles, cerca de las 15, cuando Carlos Torres (43) fue atacado con nueve puntazos en el pasaje Público y Coronel Videla, en barrio Ciudad Nueva.
Por el hecho hay otro adolescente de 16 años detenido y bajo la órbita del Juzgado de Menores. Según la investigación, fue quien descargó las puñaladas sobre el cuerpo del hombre.
Torres era el padre de uno de los detenidos por el crimen del remisero Facundo Pereyra, que fue asesinado semanas atrás durante un asalto. Por este caso, hay tres menores de edad detenidos.
La Justicia investiga para saber si el nuevo hecho de sangre guarda relación con la muerte violenta del remisero.
Heridos de gravedad en la ciudad capital
El lunes, un agente de la Policía Federal hirió de un balazo a un presunto ladrón cuando le habría querido robar la motocicleta junto con otros dos cómplices en barrio Renacimiento, zona sudeste de la ciudad de Córdoba.
Todo sucedió alrededor de las 18, cuando al policía de 37 años se le interpusieron en su camino, de acuerdo con su versión. Allí fue cuando sacó su arma reglamentaria y disparó al menos tres veces, con lo que hirió de gravedad a uno de los presuntos ladrones.
Minutos más tarde, el herido ingresó al Hospital de Pronta Atención San Jorge con tres disparos: uno en el antebrazo izquierdo y dos en la zona pélvica (glúteo derecho y cadera de la pelvis izquierda). Fue derivado en grave estado al Hospital de Urgencias, donde continúa internado y bajo custodia.
Y otro de los hechos más conmocionantes que registró la población cordobesa por estos días sucedió a pocas horas de que el policía disparó su arma en Renacimiento, pero en la otra punta de la ciudad.
Un joven trabajador de call center, de 29 años, Germán Mermet, fue apuñalado el pasado lunes en el corazón cuando llegaba a su casa luego de una extensa jornada laboral. Quedó internado en grave estado de salud.
El ataque se registró a altas horas de la noche en la calle Labarden al 8700. Germán bajó del colectivo a las 23 y antes de entrar a su casa fue abordado por dos motochoros que lo arrinconaron para quitarle sus pertenencias.
El joven intentó resguardar su mochila y recibió a cambio una puñalada con una punta limada, sin cabo, que luego fue encontrada en la calle por la Policía de Córdoba.
Caminó unos metros hasta su vivienda y pidió ayuda. Sus familiares lo trasladaron al hospital Tránsito Cáceres, próximo al lugar. Sin embargo, debió ser derivado al Hospital de Urgencias, en el Centro de la ciudad, por su delicado estado.
Horas más tarde, durante la madrugada del martes, Víctor Gordillo (40) caminaba por barrio Mataderos, en la localidad de La Calera, a 10 kilómetros de la Capital, cuando fue atacado por al menos dos individuos.
Según fuentes policiales, Gordillo intentó escapar, pero alguien disparó un arma. La bala le dio en el abdomen. Los ladrones se llevaron zapatillas, una campera, el teléfono celular y $ 5 mil.
Malherida, la víctima caminó hasta la guardia del hospital Arturo Illia, donde fue intubada por su grave estado de salud. Finalmente, debió ser trasladada al Hospital de Urgencias.
El miércoles, la violencia urbana rebrotó en la zona sudeste, a pocas horas del último hecho que se había registrado el día anterior en barrio Maldonado. Dos bandos enemistados tras el asesinato de Ezequiel Leonel Sosa, el pibe de 15 años ultimado de un balazo mientras miraba un picado de fútbol hace un mes en barrio Ciudad de Mis Sueños, volvieron a enfrentarse a balazos.
Como consecuencia de este nuevo enfrentamiento, dos hombres resultaron heridos. Uno de ellos está grave en un hospital.
