Julieta Silva, la mujer condenada por la muerte de su exnovio Genaro Fortunato en 2017, volverá a la cárcel en San Rafael, Mendoza, tras presuntamente haber agredido físicamente a su actual esposo, Lucas Giménez, y de desobedecer una orden de restricción vinculada a la hija de la anterior pareja de Giménez, publicó el diario Clarín.
Silva, de 39 años, estaba bajo arresto domiciliario desde el jueves pasado por la denuncia de su marido, quien aseguró que ella lo golpeó en su vivienda. La Policía constató que el hombre presentaba lesiones visibles compatibles con una agresión física. Ante ese hecho, la mujer había recibido una tobillera electrónica como parte de una medida de restricción.
Sin embargo, el fiscal penal Fabricio Sidoti la imputó este lunes por los delitos de lesiones leves, desobediencia judicial y amenazas, luego de que se confirmara que Silva violó una orden de alejamiento impuesta por una jueza de Familia en relación con la hija de la ex pareja de Giménez, quien también la denunció por amenazas recientes.
A raíz de estas nuevas imputaciones, Silva perdió el beneficio de la prisión domiciliaria y fue trasladada nuevamente a una unidad carcelaria en San Rafael.
El Ministerio Público Fiscal informó que se activaron protocolos de protección para la hija de un año que Silva tiene con Giménez. La menor quedó a cargo de su abuela materna, mientras interviene el Equipo Técnico Interdisciplinario (ETI).
El antecedente que marcó a Mendoza
El caso reavivó el recuerdo del crimen de Genaro Fortunato, ocurrido en septiembre de 2017, cuando Silva lo atropelló con su auto a la salida del boliche “La Mona”, tras una discusión. La Justicia determinó que se trató de un homicidio culposo y la condenó a tres años y nueve meses de prisión, una pena que generó controversia en la opinión pública.
Durante el juicio en 2018, una pericia psicológica describió a Silva como una persona “egocéntrica, sin culpa, antisocial, narcisista, histriónica y con rasgos violentos”, advirtiendo incluso que podría representar “un peligro para otras personas”.
Miguel Fortunato, el padre del joven fallecido, expresó al medio porteño su indignación ante esta nueva detención: “Después de la pericia psicológica donde la describían como peligrosa, estaba convencido de que lo de Genaro fue intencional. La Justicia dijo que fue un accidente, pero esto me da la razón”.
“Alguien me dijo alguna vez que lo iba a superar. No es verdad. No se supera. Se vive con este dolor para siempre, como una mochila pesada”, concluyó.