Mauricio Nahuel Fernández, el ladrón que entró a robar a una casa de Boulogne y asesinó a Federico Sáenz, un programador de 41 años al que estranguló con un cable HDMI y tiró a la pileta, fue condenado a prisión perpetua este lunes. Durante el juicio, el homicida admitió el crimen, pidió disculpas y “piedad” a los jueces.
Los tres jueces del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 1 de San Isidro, Alberto Ortolani, Gonzalo Aquino y Sebastián Hipólito Urquijo, aseguraron que el propio imputado “fue categórico” al reconocer la autoría del hecho y pedir perdón por la muerte que ocasionó cuando declaró en el juicio y dijo: “Yo pido disculpas. Nunca quise matar a nadie, solamente entré a robar, les pido piedad, misericordia”.
“Tengo tres chiquitos, yo me desvivo por ellos. Toda mi vida trabajé (…). Yo desde chiquito, que nací, mi madre me quiso dar en adopción y me crió un tío, un abuelo siempre, nunca tuve un techo digno. Si usted me daría una oportunidad (sic), que me puedan acercar a un lugar más cerca como para que yo pueda estudiar, para que yo pueda tener una carrera”, aseguró el condenado a cadena perpetua.
Los abogados del particular damnificado pidieron sumarle al homicidio el agravante de alevosía y declarar a Fernández reincidente, debido a que en 2011 fue condenado por otro tribunal de San Isidro por “robo agravado por el uso de arma blanca”. Sin embargo, el Tribunal no aceptó ya que la pena por dicho delito venció en 2016.
