Un probable caso de violencia familiar se transformó, rápidamente, en un operativo antidrogas en Río Cuarto. Un sargento y un cabo de la Policía de Córdoba, que efectuaban patrullajes preventivos, fueron alertados por un joven que advirtió que sus padres estaban sosteniendo una disputa. Lo que sucedió después no terminó en la comisaría, sino en la Justicia federal y con una condena de por medio.
En un fallo unipersonal, el Tribunal Oral Federal N° 2 de Córdoba capital, a cargo de María Noel Costa, condenó a Hugo Víctor Estabre (45) a tres años de prisión (de ejecución condicional) por siembra y cultivo de plantas destinadas a producir o fabricar estupefacientes y tenencia simple de drogas.
El hijo “delator”
El 3 de diciembre de 2022, el sargento y el cabo realizaban controles cuando el joven les advirtió de una situación de violencia familiar entre sus padres. Por la urgencia del caso, ingresaron por el patio de la casa, ubicada en Tucumán al 1500, y observaron entre 25 y 30 plantas de marihuana.
Dieron intervención al Juzgado Federal de Río Cuarto, a cargo de Carlos Ochoa, quien dispuso el allanamiento. Los efectivos de la Policía Federal encontraron 280 gramos de cannabis sativa (supuestamente para ser comercializados), 113 gramos de semillas de la misma especie (con poder germinativo) en el living-comedor.
También incautaron dos teléfonos celulares, una balanza típica para realizar el pesaje de la droga y $ 29 mil. La fiscal ad-hoc Natalia Carolina Pordón lo imputó.
Condena en Córdoba
La defensa de Estabre, José María Sagarraga, y el fiscal auxiliar Gonzalo Fragueiro acordaron un juicio abreviado. El imputado reconoció los hechos y su participación. El acusador propuso un cambio parcial de calificación original en el hecho segundo, por lo que –sostuvo- no podía sostenerse la finalidad de comercialización.
La jueza lo condenó finalmente por siembra y cultivo de plantas destinadas a producir o fabricar estupefacientes y tenencia simple de drogas.
No fue la primera condena por drogas de este año en Río Cuarto. En abril, el mismo tribunal, en otra causa, sentenció a dos hombres por casi idénticas figuras penales.
A partir de una denuncia anónima de una vecina, los investigadores de la Federal realizaron una pesquisa en una propiedad de la localidad.
Lo más llamativo del caso es que el vivero de marihuana, en este caso, era tan evidente que cualquier persona podía observar, sin esfuerzo, la gran cantidad de plantas que asomaban en el patio, incluso por encima del límite de la medianera.
No debieron hacer mucho para “delatarse” a sí mismos con su descuido. Se comprobó tenían más de un kilo de cannabis sativa para vender.
Pero, no fueron los únicos elementos incriminatorios, ya que, de los celulares secuestrados, se pudo establecer que los acusados –increíblemente- se hacían hecho selfies con las plantas de marihuana.
