Analizan otro presunto caso de “gatillo fácil”

El fiscal Carlos Matheu investiga un presunto caso de "gatillo fácil" a partir de la denuncia del padre de un joven baleado el sábado a las 17 en un control policial de Juan B. Justo al 9000, barrio Guiñazú, de la ciudad de Córdoba.

Mientras los uniformados aseguran que Fernando Ezequiel Reinoso evadió la orden de detención y emprendió la fuga, la familia jura que el chico entendió que estaban controlando otras motos, por lo que reinició la marcha.

La víctima tiene 22 años y está internado en el Hospital de Urgencias, donde ya estaría fuera de peligro. Lo llamativo es que está esposado a la cama, porque por la actuación de la fuerza de seguridad quedó imputado de resistencia a la autoridad con arma de fuego.

Pero, paralelamente, el fiscal Matheu recibió la denuncia del papá del joven, Ramón Reinoso, quien en la mañana de hoy aportaría varios testigos que sustentan su versión.

El joven sufrió un disparo de 9 milímetros que le ingresó por la espalda en su zona lumbar, con trayectoria ascendente. Le rompió el riñón izquierdo, le destruyó el bazo y perforó la zona inferior del pulmón izquierdo.

Mientras el riñón fue reconstruido y ayer recuperó su función, el bazo le fue extirpado y el pulmón todavía está complicado.

Versiones encontradas

El parte de prensa emitido por la Policía sostenía el domingo que el control policial de Juan B. Justo al 9.000 fue evadido por una motocicleta con dos hombres. Añadía esa información que ambos no hicieron caso la voz de alto y embistieron a uno de los uniformados. Además, se indica que dispararon contra los policías y escaparon.

En cambio, Ramón Reinoso indica que su hijo creyó que le habían dado el pase y que la orden de detención era para las otras dos motos. Agregó que, sin más, le dispararon por la espalda y que su hijo iba solo en la moto.

En la presentación de la Policía se consigna que fue secuestrado un revólver calibre 32 en el lugar. Fuentes de la fiscalía de Matheu indicaron que esa arma tiene la numeración limada.

Según el padre de Fernando, él siguió su andar en la moto, como pudo, hasta Juan B. Justo al 7.400, donde ingresó a un pasaje donde están las canchas de fútbol en las que iba a jugar.

Allí, consiguió llamar a un familiar que le avisó a su padre que llegó a buscarlo. La ambulancia del 107 no llegó, pero el joven consiguió subir a una patrulla policial que acudió por un llamado al 101, informaron ayer desde la fiscalía.

Las fuentes judiciales indican que el uniformado que disparó siguió en el puesto de control, desempeñándose en su tarea. Recién dos horas después entregaron el procedimiento con la novedad.

Mientras, hoy, en el reinicio de la actividad judicial, se esperan novedades en la fiscalía de Matheu.

Además del aporte de familiares de "al menos seis testigos" que apoyarían la versión del joven, se aguarda el resultado de un dermotest , más otros peritajes.

Con todo esto, el instructor podría tomar mañana una primera decisión respecto de la situación del herido y, acaso, del uniformado.