- La víctima trabajaba en una cantera y sufrió el robo de su moto.
- Sucedió semanas atrás en Chacra de la Merced.
- Tres jóvenes
- los acusados.
- Hasta último momento
- hubo amenazas a vecinos para que no hablen.
Hacía tiempo que sabía lo que era padecer la inseguridad en carne propia. Ya lo habían asaltado varias veces en ese mismo camino de tierra. Incluso, también había sido abordado junto a su hijo por ladrones.
Por eso es que el hombre se había conseguido un trozo de hierro en forma de punta improvisada para defenderse ante cualquier eventualidad.
Sobre todo, para protegerse si volvían a encararlo ya sea yendo, ya sea volviendo del trabajo. Ya estaba realmente cansado de ser asaltado. No iba a dejar que le robaran la moto.
Aquel atardecer, mientras regresaba a su hogar en la enduro, el camino otra vez había sido bloqueado con troncos, ramas y cascotes. Era lo habitual. Era otra emboscada en medio del camino.
Esta vez, las cosas iban a terminar de la peor manera.
Todo indica que el motociclista se resistió como pudo al violento asalto.
No está claro si llegó a tratar de defenderse con su “púa” casera, lo concreto es que, tras sustraerle la moto y algunas pertenencias, le descerrajaron un balazo a quemarropa.
Alejandro Esteban Vélez tenía 39 años y una familia. Se ganaba la vida trabajando en una cantera.
El 10 de diciembre pasado terminó asesinado de un balazo en el vientre en el medio de un asalto.
En las últimas horas, y tras un arduo trabajo investigativo por parte de los investigadores de la División Homicidios de la Policía cordobesa, tres jóvenes fueron detenidos por aquel violento asesinato ocurrido en la zona de camino a Chacra de la Merced, en la periferia este de la ciudad de Córdoba.
Todos vivían en las inmediaciones.
Uno de los acusados se llama Jorge Cabral, tiene 21 años y todos lo conocen en la zona como “el Kikín”. Está sospechado de haber sido el ideólogo de todo. Otro de los apresados es Axel Maximiliano Brandán Peralta, de 20 años. El tercero tiene 17 años.
El caso fue caratulado como homicidio en ocasión de robo agravado por el uso de arma de fuego, por directivas del fiscal Víctor Chiapero.
El acusado menor de edad, en tanto, quedó a disposición del Juzgado Penal Juvenil 1°.
Los operativos para dar con el arma homicida y la moto robada no han dado resultado por ahora. Se cree que la enduro fue destruida como una maniobra desincriminatoria.
Testimonios, datos y filmación
Todo sucedió el pasado 10 de diciembre en el kilómetro 6 y medio del camino a Chacra de la Merced.
La primera impresión que tuvieron los policías que arribaron al lugar, tras el llamado de unos vecinos, fue errónea. Sucede que el cuerpo del hombre presentaba una profunda herida en el vientre y debajo suyo había una “púa” de metal. De allí que se pensara que todo había sido una pelea.
Lo que no cerraba eran los troncos y ramas en el camino.
La autopsia comenzó a echar luz sobre el crimen: la herida no era un puntazo, sino un disparo de revólver.
Bastó que los investigadores de Homicidios empezaran a hablar con vecinos y con los propios familiares de la víctima para que un par de cosas quedaran claras al poco tiempo. Por un lado, a Alejandro Esteban Vélez le habían robado la moto, entre otras pertenencias. Por el otro, el hombre había sido emboscado.
"Era un trabajador. Se levantaba temprano y se iba a la cantera y volvía ya de tarde. Muchas veces lo veían parando en un quiosco a comprar fiambre y pan para llevar a su casa", contó a La Voz un alto investigador de la causa. "Estaba harto de ser asaltado, aunque no había denuncias de esos robos. Andaba con una púa que había hecho, como defensa", añadió el vocero. Los testimonios aportados por testigos en el trabajo de campo pronto llevaron a poner la lupa sobre unos sospechosos de la zona de Villa Boedo. Se hacían pasar como carreros. Pero en realidad, según los vecinos, robaban a transeúntes y motociclistas.
La pesquisa avanzó y mucho cuando los detectives obtuvieron una filmación de una cámara de seguridad de una fábrica del sector.
En la imagen se veía de qué manera, la misma tarde en que fue el crimen, tres sospechosos pasaban rápidamente a bordo de una moto enduro seguidos por otro hombre que iba en un carro tirado a caballo.
Apodo y amenazas
Pronto, un apodo llegó a la mesa de investigaciones. El dato, aportado por testigos y vecinos de la zona, daba cuenta de que detrás del asesinato del motociclista había estado supuestamente un tal “Kikín”.
Fue entonces que la pesquisa se profundizó en esa línea.
Comenzaron a buscarse más testigos y a tomar más testimonios.
En ese marco, según trascendió, surgió que este sospechoso y al menos uno de sus amigos habían efectuado supuestamente algunas manifestaciones comprometedoras.
“Uno de ellos empezó a decir que habían asaltado a alguien y que se les había ido la mano. Que se habían mandado un ‘moco’”, indicó otra fuente con acceso a la causa.
No fue tarea simple para los investigadores hablar con vecinos.
Sucede que muchos de ellos comenzaron a recibir amenazas de muerte para que no contaran nada.
“Se tornó complicada la investigación. Algunos vecinos comenzaron a ser amenazados por los propios sospechosos para que no dijeran nada. Por eso, hubo que trabajar con cuidado y pedir la colaboración a la Guardia de Infantería”, dijo un vocero.
Días atrás, fue detenido el principal sospechoso: “Kikín” Cabral.
En las últimas horas, los allanamientos policiales permitieron dar con los otros dos sospechosos.
La causa para los pesquisas está prácticamente resuelta.
Mientras tanto, en un humilde hogar de la zona, la familia Vélez sigue sin encontrar respuesta alguna ante tanto drama.
Otra emboscada con resultado fatal
En la madrugada del pasado 21 de noviembre, el policía retirado Pedro Ruiz (55) fue asesinado a balazos por ladrones que lo emboscaron para robarle l a moto. Sucedió en barrio Observatorio, en la ciudad de Córdoba. Por el crimen, dos hombres fueron detenidos y quedaron imputados como los supuestos autores. El drama de inseguridad sucedió el sábado 21 de noviembre, alrededor de las 4 de la madrugada, en momentos que el expolicía Ruiz circulaba a bordo de su moto por la calle Río Negro al 900. Según la reconstrucción de los investigadores, fue abordado por motochoros que lo encerraron e hicieron caer. Acto seguido, quisieron robarle la moto, a lo que la víctima se resistió. Finalmente, Ruiz fue muerto a balazos y los ladrones escaparon en su motocicleta. Además, le robaron la pistola.
Acusados. Raúl Mario Bustos y Diego Valentín Cravero son los acusados por el crimen.
